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María Marte, chef de Club Allard

María Marte, chef de Club Allard

"El AOVE ha jugado un papel muy importante tanto en mi vida como en mi cocina"

“Hay quien dice que mi cocina le transporta a otro planeta”. Lo afirma, con un brillo especial en los ojos y henchida de orgullo, María Marte (Jarabacoa, República Dominicana, 1976), chef ejecutiva de El Club Allard, la única mujer en Madrid con dos estrellas Michelin. Esta dominicana de nacimiento y madrileña de adopción, de madre pastelera y padre cocinero, hace honor a su apellido: estamos ante una chef de otra galaxia. Es María Marte, la cocinera feliz. Publicamos un extracto de la entrevista realizada en Mercacei Magazine 90.

Hablemos de sus comienzos. De madre repostera y padre cocinero, ¿se imaginó alguna vez alejada de los fogones?

La verdad es que no, siempre he pensado que de una forma u otra estaría en una cocina. Ya sea por hobby o de manera profesional.

La suya es una historia única de superación y coraje, María. Cuéntenos…

Bueno, me vine a España porque mi hijo estaba aquí y quería estar con él. Entré a trabajar en el office de El Club Allard y siempre quise formar parte de la cocina. Cuando se dio la oportunidad, solicité un hueco y el antiguo chef me ofreció la posibilidad de aprender con él sin dejar el otro trabajo. Conseguí ganarme su confianza y trabajé con él mano a mano durante muchos años hasta que decidió marcharse. Es entonces cuando la dirección me ofreció mi segunda oportunidad y conseguí mi sueño, que tengo que construir cada día con todo mi equipo.

En efecto, en 2003 aterriza en España y comienza fregando platos y pelando patatas en El Club Allard, en pleno corazón de Madrid. Hoy es su chef ejecutiva tras tomar el relevo de Diego Guerrero. Dígame, ¿de pequeña creía en los cuentos de hadas?

Pues la verdad es que no y ahora sigo sin creer; es cierto que parece un cuento de hadas, pero detrás hay un gran esfuerzo y trabajo de todo un equipo que sueña con un gran proyecto gastronómico.

“La cocina es el arte de ir despacio”, María Marte dixit. ¿Cómo definiría su cocina?¿Qué papel le atribuye a Diego Guerrero en su formación, en su concepción de la cocina?

La mía es una cocina honesta que otorga una gran importancia al producto con una línea mestiza de sabores, como soy yo. Diego ha sido mi maestro durante muchos años y le estoy muy agradecida por todo lo que me ha enseñado, aunque ahora mismo nuestras cocinas son muy diferentes; creo que eso es lo que hace que cada uno tenga su propia personalidad gastronómica.

¿Cómo surgió su primer contacto con el aceite de oliva virgen extra y qué relación mantiene con él?¿Qué lugar ocupa el AOVE dentro de su cocina y qué uso hace de este alimento?

Lo conocí en mi país en una reunión con unos amigos donde casualmente se presentaba el aceite de oliva virgen extra de primera prensada y me llamó la atención la intensidad y pureza de su sabor. Después ha jugado un papel muy importante tanto en mi vida como en mi cocina. El 90% de mis platos los hacemos con AOVE y en nuestra sala está siempre presente, acompañado de la sal de Añana.

Los chefs se han convertido en los grandes prescriptores de la gastronomía española y, por ende, del aceite de oliva virgen extra, uno de los productos más representativos de la Marca España. ¿Qué percibe dentro y fuera de España en relación con este alimento básico de la Dieta Mediterránea?

Es una gran riqueza que da fuerza a la Marca España, tenemos aceites de gran calidad y espero que el reconocimiento a nivel internacional sea cada vez mayor porque estamos en el nivel máximo de excelencia y se están consiguiendo grandes premios y reconocimientos en el sector.

El gran reto consiste en educar al consumidor y fomentar la cultura del virgen extra a nivel nacional e internacional. En su opinión, ¿es suficiente lo que se está haciendo en este sentido?¿Qué acciones o iniciativas podrían llevarse a cabo para conquistar al consumidor y llegar a aquellos mercados donde el virgen extra aún no se conoce o tiene una importancia residual?

Creo que estamos en el buen camino, pero todavía hay mucho trabajo por hacer para que la gente valore este producto como se merece. Sus bondades para la salud y gastronomía son tan importantes que debería convertirse en un producto esencial en todos los hogares.

Todos los chefs estamos realizando una buena labor mediática con este producto, pero me imagino que serán necesarios otros proyectos institucionales que impulsen su conocimiento a nivel general.