Unaprol denuncia la caída de ventas del AOVE italiano por los sistemas de etiquetado nutricional

Según los datos de la encuesta de Ismea en 2018, aportados por Unaprol , en Reino Unido las exportaciones italianas de aceite de oliva cayeron un 13,5% en 2017 (pasaron de 13.307 a 11.515 toneladas). Además de la tasa de cambio desfavorable -debido a la devaluación de la libra-, para el organismo ha influido la implantación de la etiqueta nutricional con los tres colores del semáforo (adoptada por el 98% de los supermercados), que tiene en cuenta las calorías, grasa, azúcar y sal presentes en 100 gramos de producto. Si uno de estos componentes supera una cierta concentración en el producto, en la etiqueta se indica con el punto rojo, “en teoría, una invitación a los usuarios para consumirlo de forma responsable; pero que para muchos, en cambio, es percibida como un recomendación para no comprarlo”, explica Unaprol.

La situación es similar en Francia con el sistema NutriScore, que clasifica los elementos con cinco colores dependiendo de su contenido de ingredientes “malos” -como la grasa- o “buenos” -como las fibras-. En Francia, en 2017, las exportaciones italianas cayeron un 18,6% (de 31.633 a 25.747 t.). “Es un parámetro de clasificación cuestionable y engañoso para los consumidores que lleva a excluir de la dieta alimentos saludables”, afirmó David Granieri, presidente de Unaprol. “Es realmente una paradoja, por ejemplo, que se permita en los refrescos la palabra light y se rechace el aceite de oliva virgen extra, considerado como un elixir para alargar la vida y un símbolo de la Dieta Mediterránea”. Para Granieri, se trata de un sistema “patrocinado por las principales multinacionales” que genera modelos de alimentación incorrectos y obvias distorsiones en el mercado. “La Unión Europea (UE) debe intervenir de manera decisiva para defender la salud de los ciudadanos y un sistema de producción basado en la calidad”, concluyó.