Assitol pretende relanzar en esta cita la importancia del sector orujero dentro de la cadena de suministro de aceite de oliva. “En la reunión tenemos la intención de reiterar el papel central de nuestras empresas en la cadena de producción de aceite de oliva”, ha apuntado Michele Martucci, presidente del Grupo Sansa y vicepresidente de la Federación.
En el encuentro también participarán España, representada por la Asociación Nacional de Empresas de Aceite de Orujo de Aceituna (ANEO); Grecia, con la Greek Federation of Olive Pomace Oil Producers (SPEL); y la Associação Nacional das Industrias dos Derivados da Azeitona (ANIDA) de Portugal.
Desde la perspectiva de la economía circular, el orujo se constituye como un producto revalorizado por el trabajo de las empresas que lo transforman y extraen el aceite alimentario y, además, una biomasa de origen vegetal.
Por otra parte, el aceite de orujo ha introducido el aceite de oliva en nuevos mercados, especialmente en Asia y, en general, en los países que aún no están acostumbrados al sabor del virgen extra. En 2017, según datos de Assitol, se exportaron 40.000 toneladas de aceite de orujo.
La capacidad de dar una “segunda vida” a los subproductos de la aceituna será uno de los temas principales de la reunión de Eurolivepomace. En los últimos años, las empresas han apuntado hacia la producción de energía térmica gracias a la reutilización del orujo desgrasado, de bajo impacto ambiental. Hoy en día, el 50% del orujo desaceitado está destinado a la producción energética para uso civil y la mitad restante para el autoconsumo en la empresa.
“Tenemos la intención de mantener nuestra vocación alimentaria -afirma Martucci-, pero fortaleciendo la cadena de usos alternativos. La nuestra es una cadena de suministro virtuosa que puede dar un nuevo impulso al hilo de la sostenibilidad y la energía verde”.
Por estas razones, Assitol ha manifestado su intención de proponer en la reunión de Eurolivepomace una inversión en la política de investigación y desarrollo centrada en subproductos. “Los fondos europeos -recuerda el presidente del Grupo Sansa- podrían ayudarnos a mejorar nuestros productos, aumentar el uso de la energía del orujo, con vistas a respetar el medio ambiente, y combatir el cambio climático, así como a explorar el potencial nutracéutico del aceite de orujo, una parte integral de la familia de los aceites de oliva”.
