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Oli Sal Barcelona, la tienda de barrio se transforma en oleoteca

jueves 06 de febrero de 2014, 21:49h
Oli Sal Barcelona, la tienda de barrio se transforma en oleoteca

Woody Allen ya inmortalizó, el año pasado, la ciudad con su famosa Vicky Cristina Barcelona para todos aquellos que todavía no la conocían. Sí, Barcelona es esa ciudad en la que perderse es encontrar los rincones más pintorescos del país, los más modernos, los más arriesgados... Seguramente por esa razón está allí ubicada Oli Sal. Porque en medio de uno de los barrios más castizos de Barcelona, rodeada de pequeños comercios en los que se encuentra remedio para todo, esta tienda se lanzó al vacío con sólo 2 productos estrella: el aceite de oliva virgen extra y la sal. Pero la calidad de sus productos y la dedicación de su fundadora, Sandra Stefani, han convertido este establecimiento, en sólo 3 años, en una referencia oleícola que cuenta con una gran lista de clientes habituales, considerados amigos, a los que mima con sesiones de cata cada cierto tiempo.

 

La Travessera de Gracia es una larga calle de Barcelona que atraviesa el barrio de Gracia. Comienza en la glorieta de Francesc Macià, al nivel de la Avenida Diagonal. A esas alturas, es una calle bastante ancha, con edificios modernos muy cuidados, tiendas de ropa y accesorios de lujo, hasta llegar a la Vía Augusta, en el barrio de Gal la Placidia y al mercado de la Llibertat. En ese punto, la calle se convierte en una vía popular, de barrio pequeño, con tiendas de conveniencia y el mercado de la Abacería Central, un lugar mucho más animado y lleno de colores.

Ahí, donde late el corazón de la ciudad, se encuentra Oli Sal, como un espejismo dorado. Al ver el escaparate, con el cartel presidiendo la entrada, parece uno más de los pequeños establecimientos que se reparten por el lugar. Pero de pronto, más de 200 botellas de oro líquido parpadean desde dentro, invitándote a entrar y saborear cualquiera de ellos. Y eso se debe a Sandra Stefani, y su cuidada tienda, que, además, cuenta con recipientes repletos del mejor virgen extra para curar la indecisión de los clientes.

 

Cuestión personal

El origen de la tienda Oli Sal surgió de una iniciativa personal. Y fue el fruto tanto de la pasión por la gastronomía y los viajes, como de la creencia de su propietaria, Sandra Stefani, en la necesidad de otorgar al aceite de oliva virgen extra, el valor comercial que merece un producto gastronómico de tal calidad.

Así, en un proceso de esfuerzo multicéntrico, como en su día se hizo con el vino, el pasado año 2006 surgió la idea de crear un comercio especializado que pudiera convertirse en una “bodega de referencia” de aceites, es decir, un lugar en el que sólo se pudieran encontrar aceites, “eso sí, vírgenes extra auténticos”, especifica Sandra Stefani. “Sólo aceite de primerísima calidad”.

Con mimo y esmero se han ido eligiendo los vírgenes extra que reposan en las estanterías de la tienda. Y, además, con paladar, ya que todos ellos han sido degustados por los responsables del establecimiento.

Así, en tres años han conseguido contar con una importante selección de grandes aceites para dar a conocer al público un producto que, según Stefani, “inexplicablemente, tratándose del primer productor mundial, es bastante desconocido en nuestro país”.

 

El corazón de Barcelona sabe a virgen extra

Si Sandra Stefani tuvo algo claro desde el primer momento, fue que quería ubicar la tienda en el barrio barcelonés de Gracia, al final del Paseo del mismo nombre, la arteria comercial más importante de la ciudad, siendo éste un barrio tremendamente popular y con una actividad comercial muy importante.

Arropado por los comercios veteranos del barrio, Oli Sal es un local espacioso que consta de tres áreas: tienda, almacén y un gran espacio que sirve tanto como sala para actividades de divulgación como catas y presentaciones de productos, o, en época navideña, como taller para la elaboración de lotes de regalo.

El diseño e interiorismo de la tienda, así como el mobiliario y la iluminación se deben a un proyecto personal de Sandra, en el que resaltan de manera especial los productos expuestos.

Asimismo, tiene presente tanto las necesidades específicas de los aceites (luminosidad, ausencia de elementos aromáticos...), como la intención irrenunciable de ofrecer un espacio en las estanterías a cada marca y a cada Denominación de Origen Protegida, para darle el valor que, en palabras de Sandra,  “en los comercios generalistas no se le da”. 

 

Equipo Oli Sal

La elección de los miembros del equipo que forman Oli Sal se ha realizado siempre con los mismos criterios rigurosos con los que se escogen los zumos de sus vitrinas. Forman un grupo de apasionados, cuyo amor por lo que hacen se refleja en la venta y en el trato al cliente, mediante su profesionalidad y atención. En este establecimiento se pueden probar todos los aceites que allí se venden, así como recibir asesoramiento específico sobre cualquier producto. Esto requiere de una constante actualización, tanto bibliográfica como de viajes y contactos con productores y consumidores especializados (chefs y restauradores, gourmets, y medios de comunicación especializados, tanto españoles como internacionales).

 

Y para acompañar al aceite, la sal

Los aceites de Oli Sal proceden de toda España y de otras zonas del Mediterráneo como Italia, Grecia, Francia, Marruecos, Portugal y, excepcionalmente, ofrecen aceites de Chile, Croacia, Líbano, Turquía, etc., formando un total de más de 200 referencias de aceite virgen extra.

Por otra parte, el zumo de olivas cuenta con una inseparable compañera en el establecimiento. Se trata de la sal, ya sea de origen marino o de roca, que proviene de todo el mundo.

La cultura de las salinas y la extracción de sal, al igual que le pasó al sector oleícola hace unos años, se ha convertido en la actualidad en un sector emergente en todo el mundo, y en este punto de venta disponen de sales procedentes no sólo de España, sino que amplían sus referencias diariamente importando este condimento desde países como Francia, Gran Bretaña, Eslovenia, Nueva Zelanda, Australia, Hawai, India, Irán, etc.

Además, junto con estos dos productos estrella, Oli Sal ofrece una amplia gama de cosméticos elaborados con aceite de oliva y derivados de la sal.

También ofrecen todo un elenco de productos de calidad para el aceite y para la sal: aceiteras, saleros y artesanía de madera de olivo relacionada con la cocina y la gastronomía, que va desde morteros, a tablas para embutidos, cucharas, etc.

 

Pequeños detalles

Siempre se dice que los pequeños detalles consiguen grandes cosas, o, por lo menos, logran provocar grandes sentimientos. Esta filosofía también la comparten los componentes del equipo de Oli Sal, que, para completar la oferta de su tienda, disponen de una pequeña selección de aceites de semillas (nuez, sésamo, argan, lino, semillas de calabaza, etc.)

Como no podía ser de otra forma, la presentación de los zumos es casi tan cuidada como la elección del sabor. Las botellas que abundan en las estanterías del establecimiento son, principalmente, de vidrio y lata de 250 y 500 ml., aunque también disponen de envases de 3 y 5 litros.

Estos detalles son muy valorados por los clientes habituales de Oli Sal, que, en boca de su dueña, son “gente que aprecia el aceite de calidad, tanto para el consumo propio como para regalo. Es sugerente la cantidad de personas que asisten a una cena con amigos y regalan una botella de aceite”, concluye atónita y satisfecha Sandra Stefani.

Esto ha originado que la cadena de clientes haya crecido a gran velocidad en los últimos tres años. El turismo del barrio de Gracia es escaso, por lo que aquellos que recorren sus calles suelen ser residentes en Barcelona o jóvenes que están estudiando o trabajando una temporada en la ciudad. Aunque, sí es cierto que de vez en cuando se topan con una agradable sorpresa cuando aparecen turistas de paso que visitan la tienda.

Desde Oli Sal se sienten orgullosos de formar este tipo de comercio tan novedoso en España. Sandra reconoce, sorprendida que, aunque parezca mentira, el cliente, incluso el cliente habitual y el gastrónomo, es bastante desconocedor del sector oleícola. Admite, con orgullo, que los que ya son clientes fijos cada vez saben más. “De todas formas, el hecho de poder probar los aceites habla por sí solo. No hay nadie que se pueda resistir al sabor de un buen aceite”, afirma como si fuese un secreto, casi como si desvelara la fórmula de una reacción química estudiada durante siglos.

Desde que se instalaron en el barrio, en diciembre de 2006, hasta el día de hoy han experimentado un fuerte crecimiento, contando ya con un público fijo que no les falla, más todos los clientes nuevos que llegan para empaparse de su cultura.

La guinda del pastel consiste en que, además, celebran sesiones de cata, tanto informativas como relacionadas con la aplicación del aceite de oliva en la cocina y gastronomía, a cargo de un asesor experto, que se convocan por correo electrónico, ya que cuentan con una importante lista de amigos, interesados y curiosos, que siempre son posibles asistentes. Y, sí, Sandra nos confiesa que una vez que lo prueban nunca dejan de hacerlo.

 

Oli Sal

Travesera de Gracia, 170

08012 BARCELONA

Tel.: 934 150 624

oli [email protected]

www.oli sal.com