En cuanto a los resultados, Seiquer precisó que "ha llamado especialmente la atención cómo se potencian las propiedades antioxidantes de estos vírgenes extras después del proceso de digestión y hemos llegado a la conclusión de que las determinaciones tradicionales que se hacen en los extractos químicos infravaloran la capacidad antioxidante del aceite”.
“Una vez que consumimos estos vírgenes extras y los digerimos y están bajo el efecto de todas las encimas y todas las diferencias de ph que están en el organismo, esas propiedades son mucho mayores de lo que pensábamos, es decir, que sus propiedades antioxidantes se multiplican una vez que los digerimos”, añadió.
La investigadora titutal del CSIC indicó además que “estas propiedades antioxidantes son aquellas por la que los vírgenes pueden neutralizar a los radicales libres, que son los responsables de que muchas moléculas del cuerpo se deterioren, degeneren y puedan conducir a ciertas patologías como el alzheimer o el cáncer. Si frenamos la producción de estos radicales o los neutralizamos podemos generar un efecto preventivo de estas enfermedades”.
“Los compuestos bioactivos de los aceites vienen también influenciados, además de por la variedad de aceituna con que se elaboren, por características geográficas, temperatura, altitud…, y otras condiciones de su lugar de procedencia”, detalló.
Seiquer concluyó afirmando “que el aceite que realmente tiene las propiedades saludables es el virgen extra y merece la pena gastar un poco más en este aceite para prevenir muchas enfermedades”.