Cofinanciada por la Unión Europea, la campaña bajo el lema “Let’s Make a Tastier World”, invita a los viajeros internacionales a disfrutar de un producto del que Europa es líder indiscutible: el aceite de oliva.
Teresa Pérez, gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, fue la encargada de presentar esta ambiciosa iniciativa promocional en la capital nipona, destacando la enorme potencialidad del mercado asiático, especialmente el japonés: “Un país como Japón, que cuida como pocos su alimentación, es terreno abonado para incrementar el consumo del aceite más saludable que existe, pilar de la Dieta Mediterránea”.
El acto contó también con la presencia de Gonzalo de Benito Secades, embajador de España en Japón, y la influencer local Mahomi Yuki, quien señaló la versatilidad del AOVE en la cocina japonesa. Por último, llegó el turno a la degustación del producto, de la mano de Teresa Pérez, a través de una cata guiada de cuatro aceites de oliva virgen extra.
La campaña que arranca en Japón se implementará en aeropuertos, estaciones de tren y centros comerciales de las principales ciudades del país, como el aeropuerto Narita de Tokio. Allí se instalará el Olive Oil Lounge, el innovador espacio en torno a la cultura de los aceites de oliva, donde la información sobre este producto convivirá con un espacio que ofrece a los viajeros una experiencia sensorial completa.
Japón, primer mercado asiático
La elección de Japón como primer destino del “Olive Oil World Tour” no es casual, si tenemos en cuenta que el país del Sol Naciente es el primer consumidor asiático de aceites de oliva europeos. De hecho, el 97% de todos los aceites que importa Japón proceden de la Unión Europea, siendo España el líder indiscutible, con una participación en ese mercado cercana al 60% en 2017, con unas ventas de 32.687 toneladas.
Sin embargo, Japón tampoco es el único mercado asiático en el que está triunfando el aceite de oliva. Según las estadísticas de Aduanas de España, las ventas de aceite de oliva en el denominado Extremo Oriente (fundamentalmente en China, Corea del Sur, Taiwán y el propio Japón) han crecido exponencialmente desde principios de este siglo.
En el año 2000 España exportó unas 12.000 toneladas a esos mercados. En 2017 las ventas, se habían multiplicado por seis hasta alcanzar las 74.385 toneladas, superando los 300 millones de euros de facturación. Esta cifra supone más del 12% del valor de todos los alimentos exportados por España a esa zona del mundo.
