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Evidencias científicas sustanciales que respaldan los beneficios del AOVE para la salud

Evidencias científicas sustanciales que respaldan los beneficios del AOVE para la salud

Por José J. Gaforio
viernes 13 de septiembre de 2019, 12:08h

Nutrients, una de las revistas científicas de referencia a nivel internacional de acceso abierto, publica un artículo con las conclusiones del III Congreso Internacional sobre Aceite de Oliva Virgen, Olivar y Salud, celebrado en Jaén en mayo de 2018 y organizado por el científico José Juan Gaforio, en el que expertos de reconocido prestigio abordaron la investigación más reciente sobre los beneficios del aceite de oliva y sus componentes. Estas son las conclusiones.

1. El patrón de Dieta Mediterránea se ha convertido en un referente como modelo de alimentación saludable. El aceite de oliva, particularmente el aceite de oliva virgen extra, constituye el componente principal y más característico de la Dieta Mediterránea. De hecho, sin el uso de los aceites de oliva, aplicar la etiqueta de "Dieta Mediterránea" a otro patrón dietético supondría una definición bastante inconsistente.

2. Uno de los grandes retos globales para la salud pública es la actual pandemia de obesidad. Hay suficientes estudios en los que se documenta que las dietas que usan como única grasa culinaria los aceites de oliva vírgenes, ingeridos de forma moderada y habitual, se asocian con un normalizado índice de masa corporal. Es prioritaria la realización de ensayos clínicos aleatorizados de larga duración en los que se confirme este efecto.

3. La hipertensión es el principal factor de riesgo de enfermedad cardiovascular en todo el mundo. Los ensayos clínicos aleatorizados que se han realizado, indican que los aceites de oliva vírgenes reducen la presión arterial, por lo que su consumo podría ayudar a disminuir la carga de enfermedad cardiovascular global y el gasto farmacéutico.

4. Los aceites de oliva vírgenes tienen potencial efecto anti-aterosclerótico, favoreciendo la función endotelial y preservando la presión arterial, manteniendo la funcionalidad de las lipoproteínas plasmáticas, ejerciendo efectos antiinflamatorios y antioxidantes, y modulando la expresión génica en diferentes tejidos, lo que permite mantener una adecuada homeostasis.

5. No obstante, el tipo de aceite de oliva debe tenerse en cuenta a la hora de formular recomendaciones a la población, ya que pueden obtenerse beneficios adicionales cuando el contenido fenólico del aceite de oliva es elevado.

6. Los estudios epidemiológicos coinciden en que una dieta, donde los aceites de oliva vírgenes son la principal fuente de grasa, se asocia con un efecto quimiopreventivo. Los estudios realizados en modelos animales, sugieren el efecto quimiopreventivo que específicamente poseen los polifenoles de los aceites de oliva vírgenes y, muchos estudios in vitro, están esclareciendo los mecanismos de acción involucrados. Sin embargo, la relevancia de tales datos, a menudo, se ve debilitada por el uso de concentraciones y dosis no fisiológicas. Aunque es casi imposible realizar estudios en humanos sobre la capacidad quimiopreventiva de un solo nutriente, las observaciones acumuladas son suficientemente sólidas como para aconsejar el consumo de aceites de oliva vírgenes como fuente principal de grasa con objeto de reducir el riesgo de cáncer.

7. Tanto los estudios de intervención realizados en humanos como los observacionales, demuestran que la Dieta Mediterránea se asocia con la reducción de la incidencia de cáncer de mama, especialmente de cáncer de mama postmenopáusico. Además, los estudios observacionales sugieren que, los aceites de oliva vírgenes, pueden desempeñar, por sí solos, un papel específico en la prevención del cáncer de mama postmenopáusico.

8. Se ha sugerido que la Dieta Mediterránea reduce el riesgo de cáncer colorrectal; sin embargo, las evidencias se limitan a estudios observacionales en humanos y, hasta la fecha, no disponemos de las evidencias suficientes sobre el posible papel que específicamente podrían tener los aceites de oliva vírgenes en la prevención del cáncer colorrectal.

9. Aunque los aceites de oliva vírgenes tienen el potencial de reducir el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer (prevención primaria), no tenemos evidencias clínicas sólidas que demuestren que puedan influir en la progresión a largo plazo de las lesiones pre-malignas o cancerosas una vez que éstas ya han aparecido (tratamiento).

10. Diferentes estudios experimentales preclínicos han confirmado significativos efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores, tanto de los aceites de oliva vírgenes como de algunos de sus compuestos bioactivos, en patologías autoinmunes como la enfermedad inflamatoria intestinal, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico y la esclerosis. Por ello, el consumo de aceites de oliva vírgenes y sus compuestos minoritarios podrían adquirir una gran importancia en la terapia nutricional, especialmente en pacientes inmunocomprometidos, y podría ser un enfoque alternativo en la prevención y tratamiento de diferentes enfermedades inmuno-inflamatorias. Sin embargo, es necesario realizar estudios clínicos adicionales en humanos para confirmar estos efectos, así como, definir la dosis-dependencia de sus efectos.

11. La contaminación química es uno de los principales determinantes de la morbilidad y la mortalidad en el mundo y representa una amenaza cada vez más importante para los seres humanos y el medio ambiente. Sin embargo, en los países occidentales, sólo las sustancias químicas reguladas (es decir, los plaguicidas, los aditivos alimentarios y los medicamentos veterinarios) han sido objeto de una evaluación previa a la comercialización mediante rigurosas pruebas toxicológicas en las dos últimas décadas. Por el contrario, este no es el caso de los contaminantes alimentarios y necesitamos implementar medidas para reducir o prevenir la contaminación de los alimentos. Aunque actualmente no hay pruebas de que la contaminación química represente un problema de salud en relación con el aceite de oliva, tenemos que pasar a una producción sostenible de aceite de oliva con objeto de reducir la posible carga química asociada a su producción.

12. El uso de pesticidas es necesario para combatir plagas y enfermedades en los olivares con el fin de aumentar la producción de aceite de oliva en términos de cantidad y calidad. Sin embargo, un uso inapropiado de pesticidas puede presentar riesgos para la salud de los seres humanos, especies no objetivo y para el medio ambiente. Aunque teóricamente los residuos de pesticidas pueden permanecer en el aceite de oliva, el último programa coordinado de la Unión Europea para residuos de pesticidas en alimentos (2015) mostró que aproximadamente solo el 0,1% de las muestras de aceite de oliva analizadas excedían los límites máximos de residuos actualmente en vigor. Esto indica que es improbable que el consumo de aceite de oliva suponga una preocupación para la salud del consumidor por este motivo. En la Unión Europea se está aplicando un enfoque de gestión integrada de manejo de plagas dirigido a reducir el uso de pesticidas químicos y fomentar un uso sostenible de estas sustancias sin perjudicar la producción de los cultivos. Este enfoque es esencial pues ayudará a optimizar la producción de alimentos, a la vez que minimizarán los riesgos para los seres humanos y el medio ambiente, y todo ello contribuirá a alcanzar el concepto integral de alimento saludable.

13. La producción sostenible de alimentos es indispensable e inevitable para alimentar a la creciente población. Necesitamos urgentemente mejores prácticas agronómicas para garantizar alimentos nutritivos, accesibles a todos y respetuosos con el medio ambiente. Esto también es aplicable al aceite de oliva.

Ilustración by Freepik.

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