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La Dieta Mediterránea beneficia al medio ambiente

La Dieta Mediterránea beneficia al medio ambiente

lunes 17 de noviembre de 2014, 12:32h

14/11/2014 - Un nuevo estudio liderado por David Tilman, ecólogo de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), destaca que un cambio de tendencia en el consumo actual y el seguimiento de una Dieta Mediterránea podría no sólo aumentar la esperanza y la calidad de vida de los seres humanos, sino también reducir las emisiones de gas de efecto invernadero y preservar el hábitat de las especies en peligro de extinción.

“Cambiar la dieta puede aumentar nuestra esperanza de vida una década a la vez que se puede prevenir el masivo daño medioambiental”, ha explicado Tilman.

Los resultados, publicados esta semana en Nature, sugieren que la modificación de las dietas podía reducir no solo la incidencia de la diabetes tipo II, las enfermedades coronarias y otras enfermedades crónicas, sino también las emisiones de gas de efecto invernadero en la agricultura global y la degradación del hábitat, según ha informado el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

Este investigador ha señalado que “las emisiones globales de gas de efecto invernadero serían reducidas por una cantidad equivalente a las emisiones actuales de todos los coches, camiones, trenes, barcos y aviones.

Además, “este cambio en la dieta podría evitar la destrucción de bosques tropicales y sabanas de un tamaño equivalente a la mitad de Estados Unidos", ha añadido Tilman.

 

El impacto en la salud y el medio ambiente

Los investigadores compararon los impactos en salud de la dieta actual predominante con la Dieta Mediterránea. Así, adoptando estas dietas alternativas se podría reducir la incidencia de la diabetes tipo II un 25%, el cáncer un 10% y la muerte por enfermedades cardíacas un 20%.

Esta agencia recoge que, según el estudio, si las tendencias alimenticias continúan como hasta ahora, en 2050 serán la principal causa de las emisiones de gases de efecto invernadero -con un 80% de emisiones procedentes de la producción alimentaria-, y podrían requerir la tala de alrededor de 1.000 millones de hectáreas adicionales de tierra para la agricultura.