Dicho Convenio se negoció en abril de 2005, bajo los auspicios de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
La Unctad ha recordado en su página web que el primer Convenio Internacional del Aceite de Oliva se remonta al 17 de octubre 1955 y fue seguido por cuatro acuerdos posteriores que datan de 1963, 1979, 1986 y 2005. Su objetivo fundamental es garantizar el desarrollo de la olivicultura y la mejora de la calidad de los productos obtenidos, así como la expansión y el aumento del consumo mundial de esos productos.
Asimismo, el Acuerdo de 2005 incluye a los principales productores y exportadores de aceite de oliva y aceituna de mesa internacionales y representa el 98% de la producción oleícola mundial.
A su vez, según recoge el Consejo Oleícola Internacional (COI) en su página web, el Convenio de 2005 va mucho más allá que los convenios anteriores e incluye innovadoras herramientas para ayudar a este organismo a adaptarse a las nuevas necesidades del sector oleícola y de la sociedad. En este sentido, hace mayor hincapié en la conveniencia de estrechar relaciones con el sector privado y en aunar los esfuerzos de la industria y las instituciones para buscar soluciones a los problemas y desafíos a los que se enfrenta el sector oleícola.
Además, presta la máxima importancia a la calidad del producto, considerada como el argumento clave para promocionar el aceite de oliva y las aceitunas de mesa y ayudar a equilibrar la oferta y la demanda. Por último, se plantea como ineludible prioridad la protección y conservación del medio ambiente con el fin de minimizar el impacto ambiental de la industria olivarera.
La Unctad ha recordado que millones de familias en todo el mundo, especialmente en la región mediterránea, dependen de este sector y que en los últimos años, la producción y el consumo mundial de aceite de oliva ronda aproximadamente los 3 millones de toneladas por campaña.
Las disposiciones del Acuerdo son administradas por el COI, que, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, es un "jugador decisivo en la contribución al desarrollo sostenible y responsable de la olivicultura y sirve como un foro mundial para debatir cuestiones de formulación de políticas y hacer frente a los retos presentes y futuros de la economía del olivo".
