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Entrevista a Pedro Barato, presidente de la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español

Pedro Barato: “Tenemos capacidad para colocar en el mercado más de dos millones de toneladas y hemos de estar preparados para ello cuando se dispare nuestra producción”

Pedro Barato: “Tenemos capacidad para colocar en el mercado más de dos millones de toneladas y hemos de estar preparados para ello cuando se dispare nuestra producción”

Por Alfredo Briega Martín
jueves 17 de mayo de 2018, 10:21h
A finales de 2018 se cumplen 10 años de la puesta en marcha de la extensión de norma por parte de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español. Hoy día, el modelo que representa la Organización es aplaudido, admirado y envidiado en el resto de Europa, habiéndose convertido en la mejor herramienta de promoción y divulgación de los Aceites de Oliva de España, el lugar Donde nace el aceite. Por todo ello, hemos querido hacer balance con su presidente, Pedro Barato Triguero (Calzada de Calatrava, Ciudad Real, 1959), al frente de la Interprofesional desde su fundación en 2003 y poseedor -entre otras distinciones- de la Gran Cruz de la Orden al Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario. He aquí un extracto de la entrevista publicada en Mercacei Magazine 94.

Hace casi una década de la puesta en marcha de la primera extensión de norma de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español. Desde entonces, la Organización viene desarrollando una importante labor de promoción del aceite de oliva Made in Spain (Donde nace el aceite), sin olvidar las diferentes líneas de I+D+i. ¿Qué balance hace de este intenso periodo?
Usted lo ha dicho, han sido unos años muy intensos, pero también apasionantes. A la hora de encabezar un balance de los logros de estos años me quedo, sin dudarlo, con el más duradero de ellos, que no es otro que haber sido capaz de crear una organización en la que todo el sector se siente reconocido. Por primera vez en nuestra historia hemos logrado lo que parecía imposible: sentar alrededor de una mesa a olivareros, cooperativas, almazaras industriales, envasadoras y exportadores, y adoptar en común decisiones claras y firmes que redundan en beneficio del sector. Los más veteranos aún recordarán las guerras y desencuentros que periódicamente se desataban en este sector, fundamentalmente entre los productores y la industria. Hoy podemos decir que ese tiempo ha pasado y estoy convencido de que el trabajo de la Interprofesional ha sido determinante para lograr la unidad del sector, para alcanzar el convencimiento de que sólo desde esa unidad seremos capaces de garantizar nuestro futuro. Por supuesto, eso no significa que cada agente del sector haya renunciado a sus legítimos intereses, pero el grado de interlocución entre las partes nunca ha sido mejor. Este logro es el que explica realmente nuestro éxito.


En cuanto al balance del trabajo realizado en estos años en el campo de la promoción, es difícil cuantificar los logros de la Organización. Es cierto que las ventas en el exterior no dejan de crecer desde el año 2009 con inusitada fuerza. Tan sólo recordar que hace dos décadas España superó por primera vez el millón de toneladas de aceite de oliva producidas. Veinte años más tarde esa es precisamente la cantidad que estamos exportando cada año. Y lo que es mucho más importante, la demanda de los mercados de exportación sigue creciendo con fuerza a pesar de trabajar a precios más elevados. Le pongo un ejemplo: en el año 2009, el valor medio de los aceites de oliva exportados era de 2,3 euros por kilo; en 2017 nos hemos acercado a los 3,9 euros. Evidentemente no es un logro exclusivo de la Interprofesional, también nuestras empresas se han puesto las pilas en estos años, pero estamos convencidos de que nuestra aportación ha sido importante a la hora de posicionar los aceites de oliva de España en el mundo. Es más, indica que hemos cumplido con el mandato que el sector nos hizo a principios de este siglo cuando impulsó el nacimiento de la Organización: vender más y mejor nuestro aceite.

Como bien dice, en los inicios de su actividad diferentes colectivos de productores y envasadores entendían que la actuación de la Interprofesional se dirigía sobre todo a la defensa y promoción de los aceites de oliva en general, en detrimento del virgen extra. ¿Cree entonces que en estos 10 años el sector ha cambiado esta percepción y ha interiorizado el papel que juega la Organización?
Antes de nada, quiero dejar una cosa clara. Nosotros representamos a todo el olivar y la industria nacional de los aceites de oliva. Vea que hablo de aceites. El matiz es importante. Nuestros olivares producen los mejores vírgenes extra y vírgenes del mundo, pero también los aceites de oliva más competitivos del mercado. Y tenemos que vender todos, con la mayor rentabilidad posible. Le voy a dar un dato que quizás desconozca. A mediados de la década de los 70, el aceite de oliva virgen extra suponía el 6% de la producción total de España. Ahora, los vírgenes se acercan al 50%. Y aspiramos a que esa cifra siga incrementándose en el futuro, lo que será una demostración de la apuesta que hemos hecho por la calidad. Dicho esto, muchas han sido las acciones dentro de nuestras campañas que han ido enfocadas a promover el conocimiento y consumo de todas las categorías comerciales. Si bien es verdad que algunas de las acciones se enfocaron más concretamente al aceite de oliva virgen extra, por ejemplo, el patrocinio del programa MasterChef en Francia y Reino Unido allá por 2010 o el Congreso Beyond Extra Virgin en 2011. Pero la promoción de nuestro buque insignia, el virgen extra, tiene un efecto arrastre evidente sobre las otras dos categorías. En el caso español, sólo hay que repasar el histórico de las estadísticas de consumo para comprobar que el consumo de virgen extra sigue creciendo, incluso ahora que el mercado de los aceites de oliva está más débil en nuestro país. Puedo decir que el sector en pleno ha entendido que esta estrategia es la que logra maximizar la rentabilidad de nuestro olivar.

Hemos visto como en los últimos años los aceites de oliva pierden fuerza en el mercado español ante el auge de otras grasas. ¿Qué está fallando en España?
En España estamos pagando nuestra desidia. No puedo ser más claro. Durante muchos años hicimos poco o nada por elevar la cultura de los aceites de oliva entre los españoles en un momento de cambio del estilo de vida. Ahora estamos sufriendo las consecuencias. Hace unas décadas, la tradición del consumo de aceites de oliva pasaba de padres a hijos. Eso, ahora, no tiene que ocurrir necesariamente. Además, todavía estamos enseñando a los consumidores a valorar en su justa medida todo lo que hay detrás de una botella de aceite de oliva, en términos de salud, de disfrute gastronómico, de versatilidad en la cocina, incluso de cultura. Estamos viendo que una persona que no valora un producto en su justa medida no está dispuesta a pagar más, cuando a su lado encuentra otros aceites más baratos. Es desolador ver cómo una parte de los consumidores tan sólo se guía por el precio. Esa es la razón de que la Interprofesional no haya dejado de hacer campañas promocionales en España ni un solo momento desde que echó a andar. Pero es evidente que queda mucho camino por recorrer.

Más allá de la promoción, ¿hasta qué punto el trabajo de la Interprofesional ha ayudado a cambiar las estructuras y el know how del sector?
Si de algo nos podemos vanagloriar en la Interprofesional es de la velocidad con la que circula entre el sector toda la información que generamos, que es ingente. Todo el mundo sabe qué estamos haciendo y cómo. Estoy convencido, por ejemplo, de que muchas empresas han decidido dar al paso a la internacionalización a caballo de nuestras campañas. Saben que, cuando lleguen a China o India, no parten de cero. Nosotros hemos puesto la semilla entre los consumidores. Aprovecho para volver al ejemplo que le citaba antes sobre la última campaña europea puesta en marcha en nuestro país. Tres años enseñando a los consumidores a apreciar los monovarietales seguro que ha animado a muchas empresas a explorar ese camino que nos ha ayudado a poner en valor la diversidad de nuestra oferta.

Por último, ¿qué retos o desafíos considera que aún siguen pendientes y cuáles son los próximos objetivos de la Organización?
Lo cierto es que nuestros objetivos no han cambiado un ápice en estos años. Sólo que ahora sabemos hacerlo mucho mejor. Aspiramos a que los aceites de oliva sigan ganando cuota de mercado en el mundo. Pasar de ese poco más del 1,5% que suponen en el balance global de grasas vegetales al 3% a medio plazo. Es cierto que venimos de unas campañas muy ajustadas en los últimos años, pero no nos dejemos engañar. Tenemos capacidad para colocar en el mercado más de dos millones de toneladas y hemos de estar preparados para ello cuando se dispare nuestra producción. Debemos acabar con las campañas abundantes a precios bajos impulsando la demanda, que es la que sin duda manda en los mercados. Queremos que los consumidores valoren lo que les estamos ofreciendo y estén dispuestos a pagar un precio justo. Y eso vale tanto para India, China o Estados Unidos como para España.