Organizado conjuntamente por la FAO y su Alianza Mundial por el Suelo (AMS), el Grupo Técnico Intergubernamental sobre Suelos (GTIS), junto con la Interfaz Científico-Normativa (ICN) de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) y la División Mixta FAO/OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura (FAO/OIEA) sobre Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura, el principal objetivo de este simposio es establecer una plataforma común para presentar y debatir la información más reciente sobre el estado de las intervenciones e innovaciones en el campo de la erosión del suelo y las prácticas de gestión de la tierra relacionadas.
El encuentro traducirá las evidencias científicas y normativas en decisiones y medidas para reducir al mínimo la erosión del suelo a fin de aumentar la seguridad alimentaria y los servicios de los ecosistemas, y promover la restauración de los sitios erosionados.
En el caso del olivar, la investigadora española María José Marqués, de la Universidad Autónoma de Madrid, abordará cómo la capacidad de retención de agua del suelo se ve afectada por la erosión en olivares en condiciones climáticas semiáridas; mientras que desde Italia, la experta Paola Iovieno, del CREA-Centro di Ricerca Orticoltura e Florovivaismo, hablará sobre la evaluación de la calidad del suelo por actividades enzimáticas en un huerto de olivos sometidos a mantillo vivo para contrarrestar la erosión del suelo.
Los efectos de la erosión en las zonas productoras de olivares, sobre todo en aquellas que por su orografía cuentan con pendientes superiores al 30%, resultan muy problemáticos para los agricultores que trabajan para mantener la productividad de las explotaciones agrarias y desde el punto de vista medioambiental.
Según la FAO, la erosión puede reducirse en gran medida en casi todos los contextos con prácticas de gestión sostenible del suelo, como la construcción de terrazas o el desarrollo de cultivos de cobertura que protejan la superficie del suelo.
