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La producción chilena de aceite de oliva se ha incrementado un 121% desde 2010

La producción chilena de aceite de oliva se ha incrementado un 121% desde 2010

lunes 15 de junio de 2020, 12:15h

Desde el año 2010 hasta 2019 la producción chilena se ha incrementado un 121%, alcanzando 18.500 toneladas de aceite de oliva durante el pasado año (-16% respecto a 2018). De esta producción el 60% se exportó a mercados como Brasil, Estados Unidos, China y España, entre otros, según los últimos datos de ChileOliva.

En cuanto a la demanda interna, el informe de esta asociación destaca que también ha ido creciendo con el tiempo y existe un gran desafío de aumentar el consumo a nivel nacional, teniendo en cuenta que el consumidor chileno conoce cada vez más la Dieta Mediterránea y los beneficios del aceite de oliva en la salud, además de valorar y reconocer la calidad del producto nacional.

De las 8.884 toneladas de aceite de oliva consumido en Chile, un 79% corresponde a aceite de oliva de origen nacional, mientras que el 21% restante es aceite de oliva importado.

En 2019 la superficie nacional se mantuvo en 25.000 hectáreas, distribuidas entre la Región de Atacama y la Región del Maule. La principal variedad de cultivo a nivel nacional es la arbequina, la cual abarca el 57% de la superficie, seguida de la arbosana (20%), y las variedades italianas (frantoio y leccino) con un 10%.

Durante los últimos años la superficie se ha mantenido estable pero se espera que aumente con el tiempo, si bien dependerá de varios factores, entre ellos la disponibilidad de agua que hoy en día afecta fuertemente a los proyectos de olivicultura presentes en Chile.

ChileOliva ha explicado que, con el apoyo de Corfo, ha desarrollado iniciativas para poder apoyar a los productores en las mejoras continuas de los manejos agronómicos y en la eficiencia del uso de recursos, con el fin de consolidar una industria rentable, competitiva y sostenible. Así, cuenta con un proyecto de capacitación en agricultura de precisión que tiene como objetivo hacer más eficiente el manejo agronómico de los campos, aportando las herramientas a los profesionales para que puedan mejorar la toma de decisiones frente al cambio climático y la escasez hídrica.

Exportaciones e importaciones

En cuanto a las exportaciones, el informe detalla que se comercializaron al exterior 11.474 toneladas, un 23% menos respecto a las 14.878 toneladas exportadas durante 2018.

Los principales destinos del aceite chileno durante 2019 fueron Brasil (5.048 t.), Estados Unidos (4.976 t.) y China (367t.). Hacia Estados Unidos y China se exportó principalmente aceite de oliva a granel y a Brasil embotellado, lo que implica un mayor precio por unidad, según ChileOliva.

Si bien actualmente Estados Unidos y Brasil son indiscutidamente los principales mercados para el aceite chileno, donde se destina aproximadamente el 87% del volumen de aceite de oliva exportado, a su juicio, la conquista de nuevos destinos de exportación es un factor importante para seguir avanzando como industria. En ese contexto, Asia es visto como un buen mercado, especialmente China y Japón, que se han convertido en un mercado interesante por los grandes voluumenes que podría representar como importador. Durante el año 2019, se exportó a China 368 toneladas de aceite de oliva chileno frente a las 27 toneladas que se exportaron durante el año 2018.

Por su parte, Chile importó un volumen total de aceite de oliva de 1.858 toneladas, un 26% menos respecto al año 2018, procedentes principalmente de Portugal (838 t.), seguido de España (302 t.), Perú (299 t.) y Argentina (268 t.).

Desafíos

En su informe, ChileOliva ha destacado como desafíos continuar adquiriendo competencias, innovando e implementando todas las tecnologías disponibles para la olivicultura que permitan generar un manejo integral de los campos y almazaras, para lograr buenos rendimientos.

También se ha referido a fortalecer la gestión de la sostenibilidad en las empresas del sector a través de la implementación de acciones de mitigación y adaptación del cambio climático que les permita una mayor competitividad. La industria nacional ya inició este camino en 2013 con sus Acuerdos de Producción Limpia y actualmente continúa en la misma línea con su segundo Acuerdo de Producción Limpia donde certificará a las empresas en su producción sostenible.