Se dice que Ramón del Valle-Inclán creó el fenómeno que sería más adelante denominado como esperpento, un género literario caracterizado por la deformación sistemática de la realidad, recargando sus rasgos grotescos y absurdos. “El buen AOVE te tiene que saber a ibuprofeno y hacerte toser”. Esta frase, definitivamente, tendría un hueco preferente en la estantería del esperpento.