La investigación -publicada en British Journal of Cancer y financiada por la Fundación Italiana para la Investigación sobre Cáncer (FIRC, por sus siglas en italiano)- ha sido llevada a cabo por científicos del IRCCS en colaboración con la Universidad de Milano, el Centro de Referencia Oncológico de Aviano, el Instituto Nacional de Tumores de Nápoles y la Universidad de Losanna; y se ha basado en una muestra de más de 5.000 mujeres italianas. En concreto, los investigadores han basado sus resultados en el contraste de datos procedentes de tres estudios anteriores llevados a cabo entre 1983 y 2006.
Para evaluar el efecto de la Dieta Mediterránea sobre el riesgo de padecer esta patología, los investigadores midieron la adherencia de las pacientes a este régimen en función de nueve de sus rasgos definitorios. Estos fueron los siguientes: consumo elevado de frutas, verduras y frutos secos; cereales, legumbres y pescado; baja ingesta de productos lácteos y carne y alta de ácidos grasos monoinsaturados -como el ácido oleico presente en el aceite de oliva-; y consumo moderado de alcohol.
Según las conclusiones del análisis, las mujeres que tenían una adherencia más alta a la Dieta Mediterránea (aquellas cuya alimentación incluía siete o más de los componentes dietéticos) presentaron una minoración del riesgo de desarrollar un tumor en el endometrio de hasta el 57% en relación a las que tenían una baja adherencia.
Tal y como explica la directora del estudio, Alessandra Tavani, del Departamento de Epidemiología del IRCCS, “nuestras investigaciones en este campo demuestran que seguir una Dieta Mediterránea permite disminuir el riesgo de desarrollar no sólo tumores en el endometrio, como confirma este estudio, sino también tienen en un efecto favorable en el caso de tumores de la cavidad oral, el estómago, el hígado y el páncreas; además de disminuir el riesgo de sufrir un infarto de miocardio”.
Si (
No(
