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El aceite de oliva supone menos del 1% de las ventas de grasas y aceites en Vietnam

El aceite de oliva supone menos del 1% de las ventas de grasas y aceites en Vietnam

miércoles 10 de junio de 2015, 17:22h

08/06/2015 - En Vietnam, donde la renta per cápita es de 2.000 dólares por persona y año, el aceite de oliva se considera un alimento de refuerzo, casi una medicina, y se consume como tal, es decir, una cucharada al día. Así, a pesar de la penetración del producto, éste no llega a representar el 1% del volumen total de ventas de grasas y aceites, un mercado dominado por los aceites vegetales.

Estas son algunas de las conclusiones que arroja un informe sobre el mercado del aceite de oliva en Vietnam elaborado por ICEX Exportación e Inversiones en el que se destaca que, pese a ser un producto muy conocido y apreciado, se enfrenta a dos limitaciones muy importantes: su precio y el canal de distribución.

Además, según el documento, la administración pública, administrativa y legalmente hostil a la importación de bienes de consumo es propicia a la entrada y consumo de aceite de oliva y no lo está cargando de ninguna regulación arancelaria o para-arancelaria pesada para los agentes distribuidores.

También son favorables casi todos los medios dedicados a la salud, belleza o estilo de vida del país, que recomiendan el empleo del zumo de aceituna, preferiblemente virgen y procedente de España. Sin embargo, su consumo supone un sacrificio importante para las familias, debido a su precio.

 

Canales de distribución

En cuanto a los canales de distribución, estos se hallan en su primera fase de transformación de puntos de venta tradicionales a canales modernos como supermercados, grandes superficies y tiendas de conveniencia. De hecho, este canal moderno representa el 5% del total de la distribución en Vietnam, si bien esto no es un obstáculo para que sea la principal vía de acceso para los productos alimenticios de importación.

En este sentido, el informe apunta la existencia de un cuello de botella “que se satura rápidamente cuando un producto ya está incorporado al catálogo del distribuidor en cantidad suficiente”. Éste es el caso del aceite de oliva, en el que la oferta desborda al reducido número de importadores.

De esta forma, aunque existe una demanda significativa de oro líquido, la oferta internacional -sobre todo española- la supera con creces. Ante esta situación, acaba siendo el importador el encargado de controlar el acceso de esa oferta al mercado y, en muchos casos, esto conlleva que nuevas firmas expulsen a las marcas ya establecidas.

Esto significa que en Vietnam, donde España domina el 50% del sector, la entrada de nuevos aceites españoles se realiza a costa de la salida de otros ya implantados. Por este motivo, ICEX alerta de que, mientras siga existiendo este cuello de botella que restringe el número de operadores y las ventas, las empresas españolas del sector deben de ser conscientes del elevado riesgo de canibalismo perverso.

Recomienda así ICEX, una estrategia de entrada que debe centrarse en el precio, envase y etiquetado, así como en la capacidad de complementar con otros productos como conservas o salsas; pero en ningún caso con vino.

 

“España” y “Virgen”, los máximos grados de calidad

Apunta también el documento la indiferencia absoluta del consumidor y el distribuidor a notas de cata, producción ecológica, orgánica o biodinámica, salvo en el caso del canal gourmet, muy reducido en la actualidad.  Por ello, estos aspectos no deben tener ningún reflejo en el precio, ya que “España” y “Virgen” son los máximos grados de calidad que el aceite puede tener para el consumidor.

Por otro lado, ICEX indica que el sondeo de mercado debe realizarse teniendo en cuenta el cansancio ya existente del importador a la ofertas españolas. “Se deben realizar contactos muy breves que incluyan información práctica como envases, cantidades y precios y evitar presentaciones o catálogos adjuntos que ocupen más de un mega de memoria”, apunta.