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A propósito de los precios del aceite de oliva: oportunidades y amenazas

A propósito de los precios del aceite de oliva: oportunidades y amenazas

Por Alfredo Briega Martín
lunes 05 de marzo de 2018, 10:17h
Con motivo de la celebración de la VII edición de la World Olive Oil Exhibition (WOOE), el Encuentro Mundial del Aceite de Oliva, la Sala Dorada del Club Feria de IFEMA acogió el jueves 1 de marzo un interesante desayuno de trabajo en el que representantes y expertos del sector debatieron acerca de diversas cuestiones de rabiosa actualidad. He aquí un extracto del encuentro, que recibirá un tratamiento más extenso en el próximo número de Mercacei Magazine.

La primera cuestión planteada en este desayuno profesional organizado por el equipo directivo de la WOOE en colaboración con Mercacei se refirió a una de las grandes preocupaciones del sector, los precios. En concreto, y atendiendo a variables como la evolución de la oferta y la demanda, o el incremento de la superficie dedicada al cultivo del olivo a nivel mundial, quisimos saber cómo influyen todas ellas en la configuración de los precios y cuál puede ser la tendencia a corto y largo plazo.

Para Teresa Pérez, gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, “el precio viene determinado por la disponibilidad real del mercado. El sostenimiento de la situación actual de precios dependerá de si existe o no exceso de producción en España. Es evidente que existen oportunidades para recuperar el consumo, pero también hay amenazas”.

El consultor estratégico Juan Vilar -que se ha incorporado al equipo directivo de la WOOE a partir de esta edición- señaló que “estamos ante un escenario de demanda estable sujeta a una oferta altamente inestable. Con 3,5 millones de toneladas, y teniendo en cuenta que existen recursos para 4,4 millones, sólo existe una vía, la bajada de precios, que a su vez repercute en el consumo, que está disminuyendo en los grandes países productores de aceite de oliva”.

“La oferta está muy atomizada y provoca una respuesta inmediata -sostuvo al respecto el director gerente de Ferias Jaén, José María Valdivia-. Todavía existe mucho oscurantismo en cuanto al proceso por el cual el aceite pasa del productor a los lineales, y esa oscuridad también se ve reflejada en los precios. Hablamos de factores exógenos que son difíciles de explicar. En la medida en que el sector agroindustrial tenga mayor relación con la industria de las grasas, la fluctuación de los precios será menor, existirá menos volatilidad”.

Pablo Lería, jefe del Departamento Agroalimentario de Extenda-Agencia Andaluza de Promoción Exterior, apuntó que “si el precio del aceite de oliva es alto todos están contentos y nadie va a protestar. Pero ello comporta al menos dos riesgos. En primer lugar, la sustitución de esta grasa por otras. En segundo lugar, y los datos así lo demuestran, la recuperación de Italia como comprador de aceites de oliva es indicativa de que muchas de las iniciativas llevadas a cabo en otros mercados se están relajando. El mercado que más crece este año es Italia. Por eso no hay que abandonar en estos momentos las estrategias de comercialización y de búsqueda de valor añadido por parte de las empresas y cooperativas”. Por su parte, el director general de Industrias Agroalimentarias y Cooperativas de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Gregorio Jaime, considera que “en este mundo tan globalizado en que circula una cantidad tan ingente de información intervienen muchos factores en la formación de los precios y creo que va a ser muy complicado llegar a un Observatorio de Precios; creo que el actual sistema funciona bien y es bastante fiable”.

Alicia Vives, directora general de la Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva (ORIVA), incidió en el componente emocional de los precios, algo que en su opinión sólo ocurre en el sector del aceite de oliva. “En los precios influye mucho el aspecto emocional, que conduce a la especulación. Es una especulación emocional”.

Claves y estrategias

En este entorno, ¿qué estrategias se deben adoptar tanto en el ámbito comercial como en el productivo? Pablo Lería lo tiene claro. “Las oscilaciones de la demanda son del orden del 1,5%; las de la oferta, del 20%. Es necesario diseñar dos estrategias de diferenciación de la oferta: una para el AOVE Premium y otra para el resto -aceite de orujo de oliva, lampante, virgen, virgen extra-. La clave es lograr que ambas convivan de forma armoniosa, porque a veces responden a intereses contrapuestos”.

“No hay tantas diferencias -arguye Teresa Pérez-; hay más sinergias que conflictos. La estrategia a corto plazo consiste en poner en valor el producto y sus características, sobre todo en un escenario como el actual donde el volumen no pesa sobre la oferta. Se trata de tener claro cuál es mi producto y cómo lo quiero vender, cuál es la historia que quiero contar. Ésa es la clave”.

Para Alicia Vives, “el aceite de oliva es una grasa difícil de vender fuera del mercado nacional y de los países mediterráneos, por tradición y sabor. Creo que en el sector nos miramos demasiado el ombligo cuando ni siquiera representamos el 2% de todas las grasas del mundo. El sector acusa cierta esquizofrenia. Los argumentos que utilizamos para vender el producto, como sus indudables propiedades saludables, no casan con la caída del consumo, y el consumidor es el último en reaccionar. Así que algo estamos haciendo mal”.

En este sentido, “el uso del producto es fundamental para vencer esa dificultad en la penetración del mismo -afirma Teresa Pérez-. Y destacar la amplísima variedad de aceites, de matices y de sabores. Porque lo que no se conoce no puede valorar”.

¿Quién dijo miedo? “Ante un escenario cambiante, la clave será saber adaptarse progresivamente. Cada vez hay que hablar más del consumidor y menos del productor”, concluye.