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Arte entre olivos desde Brasil

Arte entre olivos desde Brasil

Por Cristina Revenga Palacios
lunes 02 de marzo de 2020, 13:56h

Gabriel Tarquinio Bertozzi es un ingeniero agrónomo que desde hace 17 años se dedica a la promoción del cultivo del olivo en Brasil. Además de trabajar como consultor técnico y comercial en el ámbito del aceite de oliva, es el fundador de OLI SOFT, una marca de jabones y cosméticos a base de aceite de oliva. También nos descubre otro de sus hobbies: realizar obras artísticas relacionadas con el olivar y el aceite de oliva.

Su primer acercamiento profesional al mundo de los olivos tuvo lugar durante un viaje a Puglia (Italia) en 2002. “Regresé encantado con la posibilidad de que Brasil se convirtiera en un país productor. Desde entonces comencé a estudiar sobre el tema y, entre otras muchas acciones, participé en un acuerdo de cooperación entre Brasil e Italia que culminó con la importación de un virgen extra de la empresa Frantoio Trevi de Umbría que aterrizó bajo la marca Cibioliva, diseñada por un consorcio italo-brasileño de inversiones. Posteriormente, colaboré con la empresa Agromillora, sembrando la base de nuestro negocio actual”, relata a Mercacei Gabriel Tarquinio Bertozzi.

Bertozzi añade que se sumergió en este tema "con inexplicable entusiasmo y dedicación" y fue vicepresidente de Agricultura de la Asociación Comercial de Poços de Caldas (ACIA), "levantando la bandera del olivar como una nueva actividad para el escenario agrícola de la región".

Un entusiasmo y dedicación al sector que le ha llevado, a su vez, a colaborar con la Corporación de Investigación Agrícola de Minas Gerais (EPAMIG), donde se realizan investigaciones pioneras sobre el cultivo del olivo, así como en el inicio del cultivo comercial en la región de Poços de Caldas (Minas Gerais). Además de estudiar sobre el cultivo y realizar visitas técnicas a países produtores como Chile, Uruguay, Italia, Marruecos y España, donde participó en el Curso de Especialización en Olivicultura, celebrado en el IFAPA Alameda del Obispo de Córdoba, es miembro de la Cámara Sectorial de Olivicultura vinculada al Gobierno de São Paulo y desarrolla consultoría técnica y comercial relacionada con el sector del aceite de oliva.

Respecto a la evolución del cultivo del olivo en Brasil, señala que gracias al coraje de los inversores privados los resultados comienzan a llegar y "está comprobado que Brasil está más que preparado para producir AOVEs de alta gama". A su juicio, también existe un aspecto importante de las empresas ligado al turismo rural. “Los olivos crean paisajes increíbles y abren la puerta a una rica simbiosis de agricultura, experiencia gastronómica y vida en el campo. Sin embargo, es muy importante dejarse guiar por una mayor eficiencia productiva. Los costes de producción son altos y la productividad aún es baja, por lo que el camino debe pasar por intensificar la investigación sobre nuevas variedades y su comportamiento y fenología. Todavía estamos restringidos a cinco o seis variedades, lo que además de estandarizar el aceite de oliva compromete los aumentos de productividad debido a la poca variabilidad de los materiales genéticos”, explica.

En cuanto al consumo de aceite de oliva en Brasil, Bertozzi considera que el potencial de los brasileños es innegable y, sin duda, la cultura sitúa el aceite de oliva en el mejor escaparate, si bien cree que aún es necesario educar a los consumidores y vencer al gran mercado de la margarina. “Lucho para que nuestro desayuno incluya pan tostado, tomate y aceite de oliva, un hecho que podemos imaginar ya que es fácil acostumbrarse a lo bueno y saludable. Ójala llegue el día en que tengamos al menos una pequeña botella de aceite de oliva en la cesta básica de la compra de los brasileños”, subraya.

Con el tiempo y su gran implicación con este sector -“creo que los olivos figuran cientos de veces al día en mis pensamientos y palabras”, asegura-, identificó la oportunidad de desarrollar cosméticos a base de aceite de oliva fundando hace cuatro años la marca OLI SOFT, un proyecto que “nos ha permitido obtener el título de primer jabón de aceite de oliva de Brasil”.

En la actualidad, dispone de dos tiendas físicas, que destacan por su ambiente exclusivo centrado en los olivares, además de una tienda on line, y se encuentra en proceso de extender la marca por el resto de Brasil, uniéndola a la creación de cremas y otros productos de belleza y bienestar. “Con OLI SOFT estamos acercando a los consumidores los beneficios de esta espectacular grasa”, destaca Bertozzi, cuyo perfil creativo, pasión y fascinación por el olivo y el aceite de oliva le ha llevado a realizar, en paralelo, obras en madera de olivo -hace unos años creó una estatuilla llamada Santo Olivarero- y pinturas temáticas. "Lo hago por placer. Si en algún momento considero apropiado exponerlas al público, seré muy feliz”, concluye.