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Los catadores denuncian un grave intrusismo en los nuevos concursos de AOVE

Los catadores denuncian un grave intrusismo en los nuevos concursos de AOVE

Por Pandora Peñamil Peñafiel
viernes 11 de marzo de 2022, 12:00h

Ante la masiva aparición de concursos a la calidad del AOVE -tan sólo en los últimos meses se han creado más de una decena-, los catadores colegiados más reputados del sector han decidido denunciar la ausencia de los más elementales protocolos en la organización de estas nuevas competiciones, así como su vertiente puramente comercial. Envases comerciales a la vista de la organización y de los catadores, degustaciones en envases de plástico transparente, jurados compuestos por influencers y coaches de marcas de AOVE sin colegiación ni experiencia alguna en cata... e incluso concursos cuyos plazos finalizan sin indicar siquiera los miembros del jurado en ningún momento. ¿Estamos ante el nuevo business del sector? Catadores y productores, cuya reputación está en juego, merecen saberlo.

El catador José Alba, Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Sevilla, investigador científico del Instituto de la Grasa -perteneciente al CSIC- y docente en cursos internacionales organizados por el COI en multitud de países del Mediterráneo, considera que “el hecho de que estén apareciendo concursos valorando las características sensoriales simplemente para dar una medalla, diploma o algo similar es una aberración y un descrédito para valorar la calidad de los AOVEs”. “Creo que de esta forma se confunde a los consumidores acerca de lo que se considera la auténtica valoración de la calidad, realizada por auténticos catadores profesionales perfectamente formados, sobre todo con la metodología seguida en determinados concursos de nueva aparición”, asevera.

Marino Uceda le secunda. Ingeniero agrónomo y doctor en Ingeniería Química, investigador principal y jefe del Panel de Cata del IFAPA de Jaén, consultor internacional y experto catador, profesor en distintos organismos nacionales e internacionales y socio fundador y consejero de IADA Ingenieros, Uceda se siente alarmado ante “la proliferación desmedida de concursos que valoran la calidad de los AOVEs, sobre todo porque ha aparecido un gran número de ellos en los que es manifiestamente mejorable tanto el control y representatividad de las muestras como la metodología aplicada a su valoración”. “En mi opinión los concursos que valoran y premian la calidad de los AOVEs son buenos porque incrementan la cultura y el interés por los aceites de oliva vírgenes extra, pero sin duda deberían regularse las normas y metodologías empleadas a fin de garantizar unos estándares mínimos que los hagan fiables”, prosigue el catador, que solicita que “organismos de prestigio como el COI evalúen los diferentes concursos dándoles el plácet que los valide como certámenes de suficiente calidad”.

Mª Paz Aguilera, licenciada en Biología por la Universidad de Granada y Doctora en Ciencias Químicas por la Universidad de Jaén, experta en investigación sobre el aceite de oliva virgen y especialista técnico en el IFAPA Venta del Llano, denuncia que, desde su punto de vista, “el aspecto comercial predomina sobre todos los demás”. “El problema es que estos nuevos certámenes pueden inspirar desconcierto en el productor, que no tiene muy claro qué beneficios le puede aportar tener un reconocimiento en uno u otro premio; y en mi opinión un gran AOVE destaca por sus cualidades y su perfil sensorial, no por el número de concursos en los que ha sido capaz de ganar u obtener una medalla”.

Algo parecido opina Mª José Moyano, experta catadora y especialista en I+D+i en el CSIC de Sevilla, que asegura que “el objetivo de los concursos debe ser inducir a los productores a mejorar la calidad de sus AOVEs y llegar a un mayor número de consumidores para que, entre todos, consigamos aumentar la cultura del aceite de oliva virgen extra”, para lo que pide que “las bases y los miembros de la organización de los concursos sean responsables, al igual que todos los catadores que participan en ellos”.

Organizadores de ciertos concursos: ¿Jueces o parte?

“Hay demasiados concursos que ni siquiera publican sus bases, que son totalmente opacos en cuanto a los procedimientos de sus catas y los miembros de su jurado, y otros que directamente han tomado el camino fácil y llevan a cabo catas virtuales, lo que arroja cero garantías de credibilidad”, denuncia Maria Katsouli, jefa de panel de vino y catadora de aceite de oliva, editora de Elaion 2014, profesora del College of Hospitality Gastronomy Studies para aceite y vino y miembro del jurado de importantes concursos nacionales e internacionales de vino y AOVE. “En los últimos años hemos visto a organizadores de competiciones con sede en Grecia lanzar concursos en ciudades y países con nombres muy comerciales como Londres, Berlín y Canadá únicamente para capitalizar el renombre que pueden tener estos lugares”.

Katsouli prosigue con indisimulada indignación: “El tema es más grave de lo que parece, pues existe en muchas ocasiones un conflicto de intereses inaceptable. Véase el ejemplo de organizadores de concursos internacionales de AOVE que son a la vez propietarios de laboratorios de análisis químicos que ofrecen servicios de consultoría que incluyen la preparación de muestras y elaboración de mezclas que luego son juzgadas en esos mismos concursos. ¡O algún que otro organizador de una competición que crea su propio ranking puntuando a los demás concursos, incluido el suyo! Todo esto está pasando actualmente en el mundo de los concursos de AOVE”, asevera la catadora griega.

El postureo llega a la cata

Preguntados acerca del intrusismo que están sufriendo los catadores en estos concursos donde se mezclan catadores profesionales con otros perfiles como chefs, asesores o, incluso, influencers, Pepe Alba se muestra estupefacto. “Me parece una total temeridad e injusticia contra los catadores profesionales, pero también contra los consumidores que valoran la auténtica calidad de los AOVEs que consumen”, manifiesta, para después concluir que espera y confía en que se “solucione rápidamente esta lamentable situación de falta de seriedad con vistas a reconocer los auténticos concursos, la metódica aplicada y los profesionales bien formados en este ámbito”.

“La valoración organoléptica de un concurso no puede regirse por preferencias hedonísticas o de otro género, y contar con personas con experiencia en otras áreas -por muy dilatada que sea- pero que carecen del conocimiento mínimo necesario acerca de las normas para evaluar los caracteres sensoriales de los aceites”, evidencia Marino Uceda. “Estos criterios, diferentes a los establecidos en las normas, alteran los resultados de la cata, ofreciendo resultados poco fiables y nada homologables”, asegura el socio fundador y consejero de IADA Ingenieros.

“Estamos viendo a organizadores de competiciones con sede en Grecia lanzar concursos en ciudades y países con nombres muy comerciales como Londres, Berlín y Canadá únicamente para capitalizar el renombre que pueden tener estos lugares”

Maria Katsouli, que cuenta con una larga experiencia también en el sector del vino, compara la situación de los concursos de AOVE con la que atraviesan los del mundo enológico. “El aspecto recreativo del vino permite la presencia de catadores de diferentes orígenes y niveles de experiencia en los concursos de este sector, pero no es en absoluto el caso del aceite de oliva que, a diferencia del vino, es ante todo un producto alimenticio”. A un concurso formulado en forma de show y con fines puramente comerciales no le interesa un perfil de catador cuya formación profesional es mayoritariamente académica, ya que “a menudo trabajan para la Administración pública -un perfil que ha sido durante mucho tiempo el estándar de la industria en la evaluación organoléptica del AOVE- y tienden a ser demasiado tímidos en las redes sociales”, reflexiona Katsouli.

En cualquier caso, el postureo de estos certámenes en torno al papel del catador es realmente injusto para una profesión que, como bien dice Mª Paz Aguilera, “requiere de mucha preparación, formación y esfuerzo”. “Cuando cato una muestra siempre pienso en todo el esfuerzo que ha realizado el productor y el agricultor hasta llegar ahí, les muestro mi absoluto respeto”, afirma tajante la experta.

¿Muestran ese mismo respeto los nuevos concursos y sus organizadores? Juzguen ustedes mismos.