03/11/2014 - Un grupo de estudiantes de la Universidad de California Davis ha creado un biosensor para evaluar de forma "rápida y sencilla" el perfil químico del aceite de oliva, proporcionando a los productores, distribuidores, minoristas y consumidores una manera "eficaz y de bajo coste" para asegurar la calidad del producto, según ha informado el centro norteamericano en su página web.
Este biosensor participa en un concurso científico internacional denominado iGEM (International Genetically Engineered Machines), que invita a los mejores estudiantes de todo el mundo a mostrar sus soluciones de ingeniería para paliar las preocupaciones del mundo real.
En concreto, el equipo de la Universidad californiana –integrado por los estudiantes Lucas Murray, Brian Tamsut, James Lucas, Sarah Ritz, Aaron Cohen y Simon Staley – ha presentado su biosensor en la convención de iGEM, que se celebra hasta hoy en Boston.
"Es especialmente gratificante saber que nuestro proyecto es práctico y va a resolver un problema real y tangible”, ha asegurado Tamsut, uno de los estudiantes que ha creado esta máquina.
En concreto, este biosensor electroquímico -en forma de un termómetro de gran tamaño- se completa con un hardware y un software necesario para leer los grados de acidez en una sola gota de aceite.
Wang cree que una generación futura de esta tecnología podría ser incorporada a cada botella de aceite de oliva virgen extra con el fin de garantizar su frescura. "De esa manera, los consumidores podrán ver a simple vista si su aceite de oliva está empezando a ponerse rancio", ha señalado.
Mientras tanto, según la Universidad, los industriales norteamericanos y del extranjero podrán beneficiarse de este nuevo biosensor, que el equipo de investigación prevé que tendrá un precio de unos 125 dólares.