26/08/2015 - Una vez más, agosto fue un mes intenso para el sector oleícola. La ausencia de lluvias, acentuada ahora que está finalizando la estación, unida a las ya tradicionales previsiones de una corta cosecha, no hicieron más que elevar como la espuma los precios en origen. Además, se produjo una situación cuando menos anómala, protagonizada por unos envasadores en cuyas manos se almacenaba más aceite del que tenía la propia producción (alrededor de 180.000 t. frente a 150.000 t. a 1 de agosto) y un casi nulo enlace de campaña, lo que hizo que la alarma se extendiese aún más y las cotizaciones continuaran al alza.