Con motivo de la celebración hoy del Día Mundial de la Alimentación recuperamos este artículo publicado en la Guía EVOOLEUM dedicado a las múltiples ventajas para la salud del aceite de oliva virgen extra. Cada año, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) celebra el Día Mundial de la Alimentación el 16 de octubre para conmemorar la fundación de la organización en 1945. En el marco de esta jornada, se llevan a cabo eventos en más de 150 países de todo el mundo, lo que lo convierte en uno de los días más celebrados del calendario de las Naciones Unidas. Estos eventos promueven la toma de conciencia y de medidas en todo el mundo para aquellos que sufren hambre y otras formas de malnutrición, así como la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y una alimentación sana para todos.
Mucho tiempo ha transcurrido desde que Aristóteles o Hipócrates exaltaban las propiedades beneficiosas de los aceites de oliva vírgenes, recomendándolo como alimento o ungüento. Hoy conocemos más en profundidad las propiedades de este alimento que ha sabido perdurar en el tiempo con una aureola casi mágica.
La globalización se puede comprobar también en el tipo de patologías que aquejan a los ciudadanos de los distintos países. Asistimos a un aumento en la tasa de incidencia de enfermedades crónicas. Las dos patologías que ocupan las primeras posiciones en cuanto a mortalidad son, en primer lugar, las enfermedades cardiovasculares; y, en segundo lugar, el cáncer. Estas dos patologías, junto con otras muchas, tienen en el estrés oxidativo y en la inflamación crónica de bajo grado dos de las alteraciones que favorecen la aparición de dichas enfermedades. Estos desequilibrios pueden tener su origen, entre otros, en la mala alimentación. De la misma forma, una alimentación saludable puede ser una herramienta útil para normalizar nuestra homeostasis.
En efecto, gran parte de los problemas actuales de salud derivan del seguimiento de dietas poco saludables. Así, un reciente artículo publicado en The Lancet el 3 de abril de 2019 señala que las dietas poco saludables son la primera causa de fallecimiento, provocando más muertes que el tabaco. La prevalencia de la obesidad y el sobrepeso creciente es una causa bien visible de las consecuencias que se derivan de seguir estas dietas. Además, esta patología supone un importante factor de riesgo para desarrollar diferentes enfermedades potencialmente graves. Un asunto este que requiere una urgente respuesta y acerca del que las distintas sociedades científicas ya han dado la voz de alarma.
Una de las medidas que posiblemente pueda tener mayor impacto es aconsejar a la población patrones alimenticios saludables. De entre todos ellos, es la Dieta Mediterránea la que posee un mayor aval científico por su carácter saludable. Numerosos estudios confirman sus bondades, que proceden de la sinergia de los distintos alimentos que la componen. No obstante, hay uno por encima de los demás que es genuino y específico de este patrón alimenticio: los aceites de oliva vírgenes.
Los numerosos estudios que se han realizado en las últimas dos décadas por parte de investigadores de todo el mundo han coincidido en resaltar su extraordinario carácter saludable, que está íntimamente relacionado con su peculiar composición. La presencia mayoritaria de ácidos grasos monoinsaturados, junto con la abundancia de componentes minoritarios que le confieren sus peculiares características organolépticas, hace que este alimento sea el centro de la Dieta Mediterránea. Dentro de estos últimos, existen bastantes compuestos que poseen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, por lo que su consumo ayuda a prevenir patologías en las que el estrés oxidativo y la inflamación crónica están involucradas en su génesis.
Efectos beneficiosos en la salud
La literatura científica nos aporta un número considerable de evidencias de distinto grado sobre el impacto del consumo de aceites de oliva vírgenes en distintos tipos de patologías. El impacto en nuestra salud de un solo alimento es una tarea ardua.
En el caso que nos ocupa, la mayoría de los estudios que indagan sobre el impacto de los aceites de oliva vírgenes en nuestra salud se realizan en el contexto de una Dieta Mediterránea; no obstante, disponemos de suficientes evidencias que nos permiten asignar un papel concreto a este alimento en la prevención de determinadas patologías. A modo de resumen, se podría decir que el consumo habitual y moderado de aceites de oliva vírgenes tendría los siguientes efectos: