Actualidad

Oportunidades para las empresas españolas de aceite de oliva en Francia: marcas propias y comercio electrónico

Jueves 18 de septiembre de 2025

Un estudio de ICEX España Exportación e Inversiones apunta que el mercado francés del aceite de oliva es estratégico para las empresas españolas. No obstante, el crecimiento en este mercado debe centrarse en la creación de valor y en la diferenciación a través de marcas sólidas, que destaquen por su calidad, autenticidad y conexión con las nuevas demandas del consumidor galo. También señala que el comercio electrónico puede representar una oportunidad para las empresas españolas que buscan introducir o expandir la venta de aceite de oliva en este país.



Este informe señala que aunque el consumo de aceite de oliva en Francia ha experimentado un crecimiento sostenido durante la última década, el país sigue mostrando un uso tradicional de otros aceites vegetales, como el de colza y girasol, que son de producción local y tienen una fuerte presencia. Además, la mantequilla continúa siendo un ingrediente ampliamente utilizado, especialmente en la repostería y en muchos platos clásicos. Sin embargo, la percepción positiva del aceite de oliva como alimento saludable y esencial en la dieta mediterránea ha impulsado su demanda, situando a Francia como el quinto mayor consumidor mundial, pese a su limitada producción nacional.

Según detalla este estudio, la producción francesa de aceite de oliva es modesta, concentrada principalmente en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul y en menor medida en Córcega y Occitania. España es, con diferencia, el principal proveedor de aceite de oliva en Francia, cubriendo cerca del 70% de las importaciones tanto en valor como en volumen.

Una estrategia promocional eficaz es clave para aumentar la cuota de mercado y reforzar el posicionamiento de la marca España

Para la empresa española, según el informe, la oportunidad en Francia pasaría por reforzar la presencia de marcas propias, especialmente en el nicho gourmet y ecológico. Asimismo, considera recomendable aprovechar la tendencia hacia productos saludables y sostenibles, y diferenciarse mediante la calidad, la trazabilidad y la certificación de origen. El enfoque, a su juicio, debe centrarse en competir con productos de mayor valor añadido, apostando por la construcción de marca y la excelencia, y no tanto por competir en volumen, ya que esto implicaría entrar en una dinámica de precios bajos poco favorable a largo plazo. Entre los riesgos, destaca la presión de precios en la gran distribución.

También subraya que el crecimiento del consumo digital, especialmente entre la Generación Z -que ha superado a los baby boomers en gasto medio on line-, indica que el público joven se está convirtiendo en un consumidor clave y accesible a través del canal digital.

Para las marcas españolas, esto significa la posibilidad de aumentar su visibilidad, reducir la dependencia del canal físico dominado por marcas locales y establecer una conexión directa con un consumidor cada vez más informado, exigente y abierto a nuevas propuestas de calidad.

Además de facilitar la compra, el estudio afirma que el canal on line actúa como un escaparate informativo donde los consumidores pueden comparar productos y conocer detalles relevantes como origen, ingredientes y certificaciones. Esto brinda a las empresas españolas la oportunidad de comunicar la historia, autenticidad y riqueza cultural del aceite de oliva español, posicionando sus productos de forma diferenciada en el mercado francés.

Plan de marketing

Para fortalecer la presencia del aceite de oliva español en el mercado francés, considera que las empresas deben desarrollar un plan de marketing centrado en mejorar su posicionamiento, visibilidad y reconocimiento de marca.

En el aspecto del producto, el estudio apunta que es clave destacar su calidad, autenticidad y trazabilidad, comunicando claramente su origen, variedades de aceituna, métodos sostenibles y certificaciones. El etiquetado debe estar en francés y ser atractivo, alineado con los valores del consumidor francés como la salud, el sabor y la cocina mediterránea.

En cuanto a precios, recomienda resaltar el valor añadido del producto para justificar un precio más elevado, además de ofrecer formatos pequeños y promociones que faciliten su prueba por parte de nuevos consumidores.

"La distribución debe combinar canales tradicionales con una fuerte presencia en el comercio electrónico. Es esencial contar con distribuidores que valoren la calidad del producto y optimizar la logística para evitar sobrecostes que afecten la competitividad", añade.

A su vez, según asegura, la promoción es el área con mayor potencial de mejora. En este sentido, recomienda realizar campañas digitales orientadas a consumidores interesados en la salud, la sostenibilidad y la cultura mediterránea, así como colaborar con chefs, influencers y participar en ferias. "Es fundamental contar la historia del producto, destacando su origen, tradición y valores para crear una conexión emocional con el consumidor francés", resalta.

"En conclusión, aunque el aceite de oliva español tiene ventajas competitivas claras, su baja visibilidad en Francia limita su crecimiento. Una estrategia promocional eficaz es clave para aumentar la cuota de mercado y reforzar el posicionamiento de la marca España", subraya.

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas