En un contexto donde el olivar de alta densidad avanza como modelo de referencia, la sostenibilidad y la rentabilidad se han convertido en dos caras de una misma moneda. En BALAM Agriculture creemos que el futuro del sector pasa por ofrecer al agricultor soluciones que simplifiquen el manejo, reduzcan costes y garanticen la estabilidad productiva frente a los desafíos sanitarios. Ésa es la filosofía que dio origen a sultana, la variedad surgida del programa de mejora genética que BALAM Agriculture desarrolla en colaboración con la Universidad de Córdoba (UCO).
Desde su lanzamiento, sultana ha demostrado ser un punto de inflexión en la olivicultura moderna. Además de su extraordinaria precocidad, elevado rendimiento graso y bajo vigor -el menor entre las variedades aptas para seto-, este año marca un nuevo hito para la variedad: su doble resistencia al repilo y a la tuberculosis, dos de las enfermedades más comunes y extendidas que afectan al olivo.
Liderazgo frente al repilo
El repilo, causado por Venturia oleaginea, provoca la caída prematura de hojas y la consiguiente pérdida de cosecha. En las plantaciones en seto, donde la humedad interna es mayor, su control resulta especialmente complejo. Por ello, disponer de material vegetal naturalmente resistente no sólo es una ventaja, sino una necesidad.
En este ámbito, los resultados obtenidos por la UCO han sido concluyentes: sultana es la variedad para cultivo en seto más resistente al repilo entre todas las analizadas. Clasificada como “muy resistente”, superó ampliamente a variedades de referencia como arbequina o koroneiki, mostrando los niveles más bajos de incidencia y severidad de la enfermedad.
Alta resistencia contrastada frente a la tuberculosis
Si su comportamiento frente al repilo ya la coloca en la élite varietal, su resistencia a la tuberculosis del olivo (provocada por la bacteria Pseudomonas savastanoi pv. savastanoi) confirma su liderazgo sanitario. Esta enfermedad bacteriana produce nódulos que debilitan el árbol y pueden comprometer su longevidad, especialmente por las heridas producidas durante la recolección, la poda y las heladas.
En los ensayos realizados por la UCO bajo condiciones controladas de inoculación, sultana volvió a destacar, siendo la más resistente de todas las variedades evaluadas y mostrando una incidencia prácticamente nula, mientras que en variedades como arbequina y arbosana aparecieron síntomas en todas las heridas.
La doble resistencia como garantía de sostenibilidad
Esta doble resistencia comprobada tiene implicaciones directas en el manejo agronómico y en la sostenibilidad. Permite reducir drásticamente los tratamientos con cobre, minimizando el impacto ambiental y los costes asociados. En un escenario europeo donde la regulación de fitosanitarios es cada vez más estricta, disponer de una variedad como sultana significa estar un paso por delante.
Con sultana, el agricultor cuenta con una variedad eficiente, segura y rentable, que protege su inversión y su entorno. En BALAM Agriculture continuamos desarrollando soluciones que impulsen la olivicultura del mañana, combinando ciencia, innovación y compromiso con el campo.