La campaña de excavaciones, en la que participa desde 2025 el profesor Luigi Sperti, subdirector del Departamento de Estudios Humanísticos y director del CESAV (Centro Studi Archeologia Venezia) en Ca' Foscari, se centra en dos antiguas explotaciones de olivos ubicadas en el corazón del macizo de Jebel Semmama.
El territorio, caracterizado por altas estepas y un clima continental, con fuertes variaciones de temperatura y escasas precipitaciones recogidas en pozos, ofrecía condiciones ideales para el cultivo del olivo, un recurso fundamental para la economía del África romana, “lo que convirtió a Túnez en el principal proveedor de aceite de Roma”, según ha informado la institución docente italiana.
Esta zona fronteriza del África Proconsular, habitada en la antigüedad por los musulamii -un pueblo de origen númida-, constituía un punto de encuentro y comercio entre las autoridades romanas, los colonos veteranos y las comunidades locales. Las excavaciones en el yacimiento revelan vestigios de estructuras que estuvieron operativas entre los siglos III y VI d.C.
Entre los principales yacimientos que se investigan se encuentra Henchir el Begar, identificado con el antiguo Saltus Beguensis, centro de una vasta propiedad rural ubicada en el distrito de Begua, que perteneció en el siglo II d. C. al vir clarissimus Lucillius Africanus. El yacimiento es conocido por una famosa inscripción latina (CIL, VIII, 1193 y 2358) que recoge un senatus consultum del año 138 d.C., el cual autorizaba la organización de un mercado bimensual, un evento de gran importancia en la vida social, política y religiosa de la época.
El asentamiento, que abarca aproximadamente 33 hectáreas, está dividido en dos sectores principales -Hr Begar 1 y Hr Begar 2 -, ambos equipados con molinos de aceite, una balsa de recolección de agua y varias cisternas.
Según ha precisado esta universidad, Hr Begar 1 alberga la prensa de aceitunas romana más grande e impresionante de Túnez, y la segunda de todo el Imperio Romano, con un torcularium monumental compuesto por doce prensas de vigas. Por su parte, Hr Begar 2 mantiene una segunda planta con ocho prensas del mismo tipo.
Estas estructuras estuvieron operativas entre los siglos III y VI d.C., lo que atestigua una larga continuidad productiva. La zona también incluye un vicus rural donde vivían colonos y quizás parte de la población local. Se han encontrado numerosos molinos de piedra y piedras de moler en la superficie, que documentan una producción mixta de cereales y aceite, revelando la doble vocación agrícola del lugar.
Estudios geofísicos recientes, realizados con radar de penetración terrestre, también han identificado una densa red de estructuras residenciales y redes viales, lo que pone de relieve una organización compleja y articulada del espacio rural.
Vista aérea de Henchir el Begar.
Colaboración internacional
La misión arqueológica es fruto de una colaboración científica internacional que se inició en 2023 por iniciativa de la profesora Samira Sehili, de la Universidad La Manouba (Túnez); y la profesora Fabiola Salcedo Garcés, de la Universidad Complutense de Madrid (España). La codirección, a cargo del profesor Luigi Sperti de la Universidad Ca' Foscari desde 2025 y con el reconocimiento institucional del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, refuerza la colaboración científica internacional y abre nuevas perspectivas para la investigación conjunta entre Túnez, España e Italia, en el marco del creciente interés por la arqueología de la producción, en particular la del aceite, producto característico de las civilizaciones mediterráneas hasta nuestros días.
“Esta misión ofrece una perspectiva sin precedentes sobre la organización agrícola y socioeconómica de las regiones fronterizas del África romana”, ha destacado el profesor Luigi Sperti.
Para Sperti, “el aceite de oliva era un producto vital en la vida cotidiana de los antiguos romanos, quienes lo utilizaban no solo como condimento en la cocina, sino también para el cuidado personal, tanto en el deporte como en la medicina, e incluso -si era de mala calidad- como combustible para la iluminación. Analizar la producción, la comercialización y el transporte de este producto a tan gran escala representa una oportunidad excepcional para combinar investigación, promoción y desarrollo económico, lo que confirma la importancia de la arqueología como área de excelencia fundamental para nuestra universidad”.
Fotos: Università Ca' Foscari Venezia