Unos resultados que contrastan con otros estudios previos en los que la pérdida de peso se vinculaba a pérdida de masa ósea, mientras que en este ensayo quedaría demostrado que, si esa pérdida de peso se produce combinando Dieta Mediterránea hipocalórica y actividad física, quedaría mitigado el declive de la densidad minera ósea relacionada con la pérdida de peso.
La investigación, que ha sido publicada por la prestigiosa revista JAMA Network Open, es un análisis secundario llevado a cabo con los pacientes del estudio PREDIMED-Plus (realizado entre octubre 2013 y diciembre 2016 en España, con 924 participantes de 55 a 75 años con síndrome metabólico y sobrepeso/obesidad de Navarra, Mallorca, Reus y León) a los que se ha realizado una densitometría en el laboratorio del doctor de Paz para ver la evolución de la masa ósea.
A lo largo de tres años, se compararon dos grupos, por un lado, el que llevó una Dieta Mediterránea con restricción calórica (con un 30% menos calorías), actividad física reglada (al menos 150 minutos de ejercicio moderado a intenso por semana) y apoyo conductual, y por otro, los que llevaron a cabo una Dieta Mediterránea sin restricción energética ni recomendación de ejercicio.
Los resultados muestran que, después de tres años, las mujeres del grupo de intervención conservaron significativamente mejor su densidad mineral ósea en la columna lumbar en comparación con el grupo control. Sin embargo, los hombres no mostraron diferencias relevantes.
La pérdida de densidad mineral ósea es un factor clave en el desarrollo de la osteoporosis, sobre todo en mujeres post menopáusicas que aumenta el riesgo de fracturas y reduce la calidad de vida incrementando la morbilidad y la mortalidad, según ha informado la Universidad de León.
Las dietas hipocalóricas suelen asociarse a pérdida ósea, pero este análisis demuestra que la combinación de una alimentación rica en nutrientes proveniente de alimentos mediterráneos (frutas, verduras, frutos secos, pescado o aceite de oliva) junto a ejercicio regular y asesoramiento conductual logró contrarrestar esa pérdida, especialmente en la columna lumbar de mujeres con síndrome metabólico.
Los autores de este análisis destacan la necesidad de llevar a cabo estudios con seguimiento a más largo plazo para confirmar si estas intervenciones pueden reducir la incidencia de fracturas óseas.
En este análisis, además de los dos catedráticos de la ULE han participado los investigadores Héctor Vázquez-Lorente, Jesús F. García-Gavilán, Sangeetha Shyam, Jadwiga Konieczna, J. Alfredo Martínez, Montserrat Fitó, Miguel Ruiz-Canela, Indira Paz-Graniel, Ariadna Curto, Diego Martínez-Urbistondo, Dora Romaguera, Nancy Babio yJordi Salas-Salvadó.