Paradójicamente, la falta de lluvias, que son las que provocan la erosión, puede agravar aún más este problema. Según el profesor de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Córdoba, Juan Gil Torres, que toma parte en los Seminarios Universitarios de Lucena, sin agua hay una mayor posibilidad de incendios forestales, la superficie de cubierta vegetal disminuye de forma drástica y, "cuando vengan las lluvias, los suelos estarán más desprotegidos". Córdoba, dentro del conjunto andaluz, es donde menos efectos negativos tiene la erosión, si bien Gil apunta que hay zonas que son muy susceptibles, sobre todo los olivares con fuertes pendientes, que han proliferado en la zona norte y en las faldas de Sierra Morena, "con suelos prácticamente desnudos". <br /><br />Las prácticas ecológicas en la agricultura, el no laboreo o el laboreo a nivel son algunas de las posibles soluciones que, para Juan Gil Torres, se podrían aplicar desde la Administración y por los particulares para luchar contra el fenómeno de la erosión hídrica, problema que afecta muy especialmente al territorio agrícola del sur de la provincia y a la Campiña Alta de Lucena. <br /><br />