Según ha explicado la organización agraria en un comunicado, con la poca lluvia caída, el olivar se encuentra ya con pérdida de aceituna, alguna de la cual se está cayendo; mientras que el olivar de secano se está despojando de parte de su fruto, ya negro, por lo que “podemos hablar ya de pérdida de cosecha debido a la falta de agua”. “La situación es límite y podría agravarse aún más si no llueve en septiembre, con una reducción en la producción de la próxima campaña, que se preveía ya media”, ha añadido. Sin embargo, COAG-Jaén cree el olivar de regadío también afronta problemas, ya que, mientras los olivareros continúan pagando cuotas y gastos fijos elevados, se encuentran con que no pueden regar en algunos casos debido a que dependen de ríos y acuíferos deficitarios. Por ello, a su juicio, este problema es “aún más escandaloso, limitándose el uso del agua precisamente a aquellos agricultores que están haciendo un uso más eficiente de la misma”. “Los olivareros han hecho una apuesta firme por un riego eficiente y moderno, invirtiendo su dinero en las últimas tecnologías a nivel de eficiencia de agua”, ha remarcado el secretario general de COAG-Jaén, Juan Luis Ávila, al tiempo que ha precisado que, de hecho, el 50% del olivar jienense dispone hoy en día de regadío. “Sin embargo –ha añadido Ávila- no está viendo el resultado porque en épocas en las que realmente precisa el agua, no le llega, mientras en otras provincias andaluzas se despilfarra el agua sin ningún tipo de control para otros cultivos, que son además mucho menos sociales y que dan menos trabajo que el olivar”. Por ello, la organización agraria ha pedido a las Administraciones públicas competentes y a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que “tomen cartas en el asunto para posibilitar otro tipo de gestión en el regadío, más competente, más coherente y que permita a los agricultores que hagan un uso eficiente del agua disponer de ella”.