Megáfonos, pitos y pancartas fueron los utensilios más demandados por los olivareros hace unos días. Y no fue precisamente porque estuvieran celebrando algún festejo, sino porque salieron a la calle para denunciar la caótica situación en la que se encuentra el mercado oleícola, con unos precios en continuo descenso que están provocando una situación insostenible para un sector que da de comer a 108.000 familias en Jaén y 350.000 en toda la Comunidad Autónoma.<br />Los olivareros ya han comenzado la ronda de movilizaciones previstas para este mes. La primera de ellas fue el pasado 14 de marzo, cuando lo hicieron sacando los tractores a la calle. Para ser más exactos, los llevaron a Jaén, hasta las puertas de la cadena de distribución francesa Carrefour, a la que culpan, junto al resto de la gran distribución alimentaria, de comprar y vender aceite de oliva por debajo de los costes, utilizando de esta forma el oro verde como gran reclamo de sus estrategias para atraer clientes.<br />A esta propuesta de la organización agraria UPA, le siguió otra de los afiliados de COAG que recorrieron las calles de Jaén el viernes 20. Pero no sólo eso, otra organización agraria, esta vez Asaja, ha convocado también una marcha para el próximo día 31, que tendrá lugar en Sevilla, y a través de la cual denuncian la crisis que atraviesa toda la industria agropecuaria.<br />Un panorama poco halagüeño, que no hace sino alertar de la situación que están viviendo miles de olivareros españoles que, viendo peligrar sus explotaciones, están cirscunscritos a un mercado que, una semana más, se muestra estático. Y es que las operaciones brillan por su ausencia en prácticamente la totalidad de las provincias españolas, a excepción de Toledo, donde los italianos han decidido realizar compras de pequeñas cubas sueltas para satisfacer su demanda, y han pagado 310 ptas./kg. (1.863 €/t.) por los vírgenes extra, y 295 ptas./kg. (1773 €/t.) por los vírgenes para envasar.<br />En el sur de la Península, concretamente en Jaén y Granada, los precios de las diferentes calidades siguen cayendo en picado, hasta situarse en las 280/285 ptas./kg. (1.682/1.712 €/t.), el lampante; en el entorno de las 290/295 ptas./kg. (1.743/1.773 €/t.), el botella; y hasta las 310/315 ptas./kg. (1.863/1.893 €/t.) y 305 ptas./kg. (1.833 €/t.) el virgen extra y el refinado, respectivamente. <br />En Córdoba, por su parte, las cotizaciones se han mantenido prácticamente estables respecto a la semana anterior: el lampante, en las 285/290 ptas./kg. (1.712/1.743 €/t.); en las 310 ptas./kg. (1.863 €/t.), el refinado; en las 300 ptas./kg. (1.803 €/t.), el botella; y en el entorno de las 310/315 ptas./kg. (1.863/1.893 €/t.), el virgen extra.<br />Del mercado sevillano no podemos aportar algo distinto de lo que hemos indicado de las provincias anteriores. Allí, los precios de las diferentes calidades no variaron ni un ápice respecto al periodo precedente, a tenor de la inexistencia de operaciones de compra-venta. Es por ello que los lampantes y los refinados se quedaron en las 285/290 ptas./kg. (1.712/1.743 €/t.) y 310 ptas./kg. (1.863 €/t.), respectivamente. Mientras tanto, el botella se cotizó a 300 ptas./kg. (1.803 €/t.) y el extra no mostró cotización.<br />En Valencia, las cotizaciones se mantuvieron a los mismos niveles que la semana precedente: a 300/305 ptas./kg. (1.803/1.833 €/t.), el botella; y a 280 ptas./kg. (1.682 €/t.), el lampante.<br />Lo mismo ocurrió en Barcelona, donde los precios no variaron, de manera que los vírgenes para envasar permanecieron en las 310 ptas./kg. (1.863 €/t.), los refinados en las 315 ptas./kg. (1.893 €/t.); y los vírgenes extra en las 330 ptas./kg. (1.983 €/t.).<br />Finalmente, en las provincias de Badajoz, Málaga, Tarragona, Lleida y Bajo Aragón la falta de operaciones hizo que las cotizaciones se mostraran en blanco.<br /><br />Caída injustificada<br />Analizando los últimos datos facilitados por la Agencia para el Aceite de oliva, es preciso destacar que no tienen fundamento aquellas teorías que tratan de justificar el precio actual del aceite desde argumentos como el aumento de las existencias o la reducción del consumo. La única explicación que se encuentra, según fuentes consultadas por Mercacei, es la activa participación en el mercado de tres grandes empresas que, dominando el 60% de la venta final de aceite de oliva envasado, intervienen forzando a los productores a que vendan su aceite por debajo de los márgenes de rentabilidad.<br /><br />