Desidia podría ser la palabra que definiese claramente la situación actual del sector oleícola español. Un mercado en el que las operaciones de compra-venta brillan por su ausencia y la intención, que según el dicho popular a veces “es lo que cuenta”, no está haciendo justicia, pues las cotizaciones continúan su caída en picado. Sin embargo, la Administración española ya ha tomado cartas en el asunto y hace apenas unos días la titular de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Elena Espinosa, comparecía ante el Congreso de los Diputados para adelantar que su Departamento está desarrollando un “minucioso” seguimiento de los precios de las distintas calidades de aceite de oliva, con cuyos resultados se podrá solicitar a Bruselas la activación del almacenamiento privado.<br />Y es que, parafraseando a la Ministra, el mercado del aceite de oliva se está viendo afectado por circunstancias excepcionalmente negativas, similares a las que se están dando en otros sectores económicos, por lo que el Gobierno se está planteando, desde hace algún tiempo, la conveniencia de llevar a cabo una disminución de la oferta, incentivando los almacenamientos privados como medida para mejorar la financiación del sector; así como una adecuación de las salidas del producto a las necesidades del mercado.<br />Posteriormente, y con el mismo objetivo, se celebraba en Madrid un encuentro con representantes de Cooperativas Agro-alimentarias. Durante la reunión, presidida por la secretaria general de Medio Rural, Alicia Villauriz, ésta se comprometió a presentar ante la Comisión Europea, a la mayor brevedad posible, el expediente justificativo de precios necesario para solicitar el almacenamiento privado. Asimismo, indicó que se va a establecer un plan de trabajo entre la Administración española y la citada organización agraria para abordar la puesta en marcha de una serie de medidas que puedan ayudar a la estabilización del sector.<br />Por lo pronto, la Agencia para el Aceite de Oliva (AAO) ya ha publicado su balance mensual, en el que refleja que la producción nacional de aceite de oliva al mes de marzo se sitúa en 1.018.100 toneladas, lo que supone un descenso del 17% respecto a la campaña anterior, y del 1,2% en relación a la media de las cuatro últimas campañas.<br />Entre tanto, en las provincias de Jaén y Granada los precios continuaban la senda bajista emprendida durante las semanas precedentes, de manera que el aceite de oliva virgen extra cedió 5 pesetas por kilo hasta situarse en 290 ptas./kg. (1.743 €/t.); el lampante hasta cotizarse a 265 ptas./kg. (1.592 €/t.); el botella, hasta las 275 ptas./kg. (1.653 €/t.); y, finalmente, el refinado se estableció en las 285 ptas./kg. (1.712 €/t.). <br />En Córdoba los precios de los refinados y los lampantes cedieron hasta las 280 ptas./kg. (1.682 €/t.) y 265 ptas./kg. (1.592 €/t.), respectivamente. Por su parte, los extra redujeron su horquilla hasta fijarse en las 290/295 ptas./kg. (1.743/1.773 €/t.); y los botella se mostraron a 280/285 ptas./kg. (1.682/1.712 €/t.). Idénticas fueron las cotizaciones en la provincia de Sevilla, con la única diferencia de que el extra, una semana más, se mostró sin cotización.<br />En la provincia de Toledo no se registraron ni movimientos ni variaciones en las cotizaciones, de manera que éstas permanecieron en las 300/305 ptas./kg. (1.803/1.833 €/t.), los extra; y entre las 290/295 ptas./kg. (1.743/1.773 €/t.), los vírgenes para envasar.<br />Tampoco en el parqué barcelonés las cotizaciones variaron, por lo que se mantuvieron a los mismos niveles que la semana precedente: los vírgenes para envasar en las 310 ptas./kg. (1.863 €/t.); los refinados en las 315 ptas./kg. (1.893 €/t.); y los vírgenes extra en las 330 ptas./kg. (1.983 €/t.). <br />En Málaga, Tarragona, Lleida y Bajo Aragón todas las calidades de aceite seguían sin cotizar, como viene siendo habitual. A estas provincias se sumaron Alicante y Badajoz, que esta semana se mostraron con unas cotizaciones en blanco. <br />Ante esta vorágine, los agricultores, en general, y los olivareros, en particular, han encontrado un aliciente en la situación que muestran los campos españoles, donde las precipitaciones registradas durante estas semanas han beneficiado al olivar, y cuyos efectos sobre la cosecha serán más que positivos.<br />