Desde que se hizo pública por parte de la Comisión Europea la aprobación del almacenamiento privado, se ha venido notando algo más de dinamismo y una leve recuperación de los mercados oleícolas nacionales. Bien es cierto que esta medida, a cuya segunda licitación se presentaron 161 ofertas españolas, ha dado un respiro al aceite, aunque no se sabe cuánto tiempo durará. <br />Algunos profesionales del sector, a pesar de reconocer que esta iniciativa “ha supuesto un cambio” en el mercado, porque ha establecido “un suelo, un precio mínimo del zumo de oliva”, aseguran que se trata de un sistema que tendrá un “efecto más psicológico que otra cosa”. Así lo manifestaba hace algunos días la gerente de la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español, Teresa Pérez, quien sostenía que este sistema podría llegar a crear un “perjuicio” a los productores, ya que, tras los seis meses de almacenamiento, pondrán en el mercado el aceite en un momento en el que ya habrá una nueva cosecha, que normalmente suele corresponderse con un período de precios a la baja.<br />Entre tanto, la organización agraria UPA-Andalucía cifraba las pérdidas del sector oleícola andaluz en 320 millones de euros, por los “abusos” de la gran distribución. Su secretario general, Agustín Rodríguez, reiteraba en un comunicado la petición de la organización agraria a la Comisión Europea para que investigue la política abusiva que practican las grandes superficies, que utilizan el aceite “como producto reclamo y venden incluso a pérdidas, lo que ha arrastrado al sector a precios en origen por debajo, incluso, de los costes de producción”.<br />Salvo estas pequeñas apreciaciones, el mes de julio llegaba a su fin sin reportar novedad alguna sobre el panorama de incertidumbre e inseguridad que ha caracterizado a los mercados durante los últimos tiempos. Las pocas operaciones registradas en estas fechas se correspondieron con pequeñas partidas adquiridas a través de la práctica conocida como “cisterneo”, y las cotizaciones asistieron a un tímido repunte. Todo parece indicar que esta será la tónica hasta el próximo mes de septiembre, pues en agosto, el mes de vacaciones por antonomasia, se suele operar poco. <br />En medio de este vaivén al que se ven sometidas las cotizaciones, en los mercados de Jaén y Granada, el aceite de oliva virgen para envasar, menos de 1º, repuntaba ligeramente hasta situarse en torno a las 320/325 ptas./kg. (1.923/1.953 €/t.), mientras que el virgen extra lo hacía hasta situarse en las 325/330 ptas./kg. (1.953/1.983 €/t.); el refinado en las 335 ptas./kg. (2.013 €/t.); y el lampante en las 310/315 ptas./kg. (1.863/1.893 €/t.).<br />Algo parecido sucedía en Sevilla, donde, teniendo en cuenta que el zumo de oliva que queda es muy poco, las cotizaciones de todas las calidades se mostraron a los mismos niveles que sus vecinos jiennenses y granadinos, con una excepción: el botella fijó un precio único de 325 ptas./kg. (1.953 €/t.).<br />En Córdoba, la oferta se mostraba esta semana más retenida, por lo que se cerraron pocas operaciones de compra-venta, a unos precios de 315 ptas./kg. (1.893 €/t.), para el lampante; entre las 320/325 ptas./kg. (1.923/1.953 €/t.), el botella; y a 335 ptas./kg. (2.013 €/t.), el refinado.<br />En las provincias de Málaga y Extremadura, la semana fue tranquila y la inactividad fue la nota dominante, aunque las cotizaciones se mostraron más firmes: en el entorno de las 320/325 ptas./kg. (1.923/1.953 €/t.), los vírgenes para envasar; y en las 330/335 ptas./kg. (1.923/1.953 €/t.), los vírgenes extra.<br />En Castilla-La Mancha, a pesar de que queda poco por ofertar, se realizaron algunas operaciones con cisternas sueltas, a unos precios de 335 ptas./kg. (1.953 €/t.), el extra; y de 315 ptas./kg. (1.893 €/t.), el botella.<br />El mercado barcelonés continua muy escaso en sus operaciones, aunque sí han repuntado ligeramente los precios, alcanzando el aceite de oliva virgen para envasar las 320 ptas./kg. (1.923 €/t.); el virgen extra las 340 ptas./kg. (2.043 €/t.); y el refinado las 325 ptas./kg. (1.953 €/t.).<br />Finalmente, las zonas de Tarragona, Lérida, Bajo Aragón y Levante confían en el comienzo de la próxima campaña para reactivar sus operaciones, principalmente, porque en la mayoría de estos mercados no queda apenas aceite que vender.<br />