Rabat ofrece ahora 44.500 hectáreas de suelo agrícola público en régimen de alquiler para desarrollar un amplio abanico de cultivos mediterráneos<br /><br />La primera oleada de tierras agrícolas que el Estado de Marruecos puso en alquiler hace año y medio, no fue muy fructífera para el inversor extranjero. En la segunda, cuyo proceso de licitación pública se abre en junio, serán 44.489 las hectáreas públicas para arrendar y en esta ocasión, al igual que en aquella, el país vecino está especialmente interesado en que acudan empresarios españoles, por el <i>“know how”</i> que pueden aportar, sobre todo en cultivos intensivos, citrícolas y olivar. <br />De esta oferta pública, que sólo contempla el alquiler y no la propiedad, de nuevo las grandes producciones extensivas y ganaderas, entre ellas las cerealistas, acaparan el mayor número de hectáreas, con 26.517, seguidas del pujante negocio marroquí de cítricos, que sumará otras 10.474. En vid se han previsto 2.549 hectáreas, 2.095 para hortalizas y ganadería intensiva, 1.937 de olivares y, ya con volúmenes inferiores, viveros y plantaciones de arroz. <br />Las ofertas por el suelo agrícola, al que se puede concurrir en solitario o en alianza con socios marroquíes, habrán de remitirse a partir de finales de septiembre, esto es, tres meses después de que se anuncie la licitación (junio). Antes de que acabe enero de 2007 se notificará la resolución a los ganadores y en febrero se entregarán los terrenos. Todo el proceso ha de estar concluido, a más tardar, el 29 de mayo del año próximo, según la fecha indicada por la Embajada de Marruecos en España. <br />En el anterior proceso de puja, el Estado marroquí esperaba una mayor solicitud de agricultores extranjeros, pero resultaron ser los autóctonos los que se llevaron el gato al agua. En efecto, sólo 6.254 hectáreas, de las más de 44.900 finalmente adjudicadas, fueron a parar a los inversores foráneos, solos o en asociación con marroquíes, mientras que el grueso fue a parar a agricultores nacionales. <br />De las 6.254 hectáreas, 1.189 (el 19 por ciento) se quedaron en manos españolas, otras 3.100 tuvieron una impronta hispano-marroquí; los franceses en solitario se adjudicaron 254 hectáreas y, en alianza con empresarios locales, otras 725; los combinados de Portugal y Marruecos se hicieron con 940, y por último estuvieron los belgas, con 46 hectáreas. A tenor de estos datos, desde la Embajada de Rabat en Madrid se destacó el empuje de España, y más concretamente de Andalucía –de esta comunidad eran originarios diez inversionistas, la mayoría almerienses–. <br />Al buscar explicaciones del porqué no se cumplieron las expectativas de atraer mayor capital extranjero, Daniel Pérez, director del Instituto de Cuestiones Agrarias y Medioambientales (ICAM), encuentra dos: <i>"hay mucha percepción de inseguridad y no está tan claro el retorno económico"</i>. Inseguridad, al ser las tierras en alquiler (por 17 ó 40 años, dependiendo de qué se siembre), e incertidumbre, porque el empresario <i>"no acaba de fiarse del Gobierno marroquí"</i>. <br />Para estrechar lazos, el ICAM prevé abrir oficina en el país y negocia con el Colegio de Abogados de Madrid instalar allí una Corte de Arbitraje que resuelva los conflictos que surjan en las inversiones. Pérez vaticina un mayor interés en esta segunda oleada de suelo por parte del empresariado agrícola andaluz, especialmente interesados ahora en cítricos, melocotones y espárragos. <br /><br /><a href= http://www.mercacei.com/foros/index.php target= “blank”> <b>Opine sobre esta noticia en nuestro foro</b></a><br />