Un grupo se investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) ha constatado que una buena parte del nitrógeno que se administra al olivar es innecesario y, lejos de aumentar la producción, genera efectos negativos en el árbol y el medio ambiente. <br /><br />Y es que llega el otoño-invierno y gran parte de los agricultores se disponen a planificar el abonado de sus cultivos. En el caso del olivo el abonado nitrogenado es un clásico y los olivareros lo suelen realizar a calendario y cantidad fija, generalmente con aplicaciones al suelo de sulfato amónico o urea y también mediante tratamientos foliares, bien en forma de urea líquida foliar o nitrato potásico.<br /><br />Otros agricultores realizan análisis foliar en julio y según el porcentaje de nitrógeno en la hoja determinan la necesidad y cantidad de abonado nitrogenado. Sin embargo, las últimas investigaciones del Departamento de Agronomía de la UCO, dirigidas por el profesor Ricardo Fernández Escobar, están cambiando radicalmente esta percepción.<br /><br />En base a numerosos ensayos de fertilización nitrogenada realizados con plantas jóvenes en condiciones controladas y con árboles adultos en condiciones de campo se proponen cambios en las concentraciones de referencia hasta ahora establecidas. De este modo, el nivel de deficiencia podría estar situado entre el 1,22 y el 1,35% y parece un nivel de exceso, a partir del cual se observan efectos negativos en parámetros agronómicos y de calidad, situado en 1,7%.<br /><br />Los investigadores aseguran que el abonado racional es la aportación de los elementos nutritivos requeridos por el árbol únicamente cuando existen evidencias de que son necesarios, de este modo se previenen daños en la planta, en el medioambiente y en la economía de la operación.<br /><br />También, los investigadores aseguran que estos estudios están confirmando que el abono excesivo con nitrógeno parece bloquear el potasio que sí es realmente un elemento deficiente especialmente en suelos calizos. Además, aluden a otros efectos negativos en el abono nitrogenado excesivo como el enternecimiento del árbol y su disposición a sufrir más con las heladas, el ataque más severo de ciertas plagas y enfermedades, así como la pérdida de la calidad del aceite que disminuye en antioxidantes y estabilidad.<br /><br />Por todo ello, se aconseja no administrar nitrógeno cuando no es necesario (lo cual es más frecuente de lo que pensamos) porque se esta manera se pueden evitar problemas y, sobre todo, se ahorrarán costes.<br /><br /><a href= http://www.mercacei.com/foros/index.php target= “blank”> <b>Opine sobre esta noticia en nuestro foro</b></a><br />