La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG-Andalucía, ha hecho balance de la crisis de precios y de mercado de los principales sectores agrarios y ganaderos andaluces durante el año 2009. La fuerte caída de los precios en origen de los productos agrarios -que alcanza el 25% de media en el último año-, sumada al incremento de los costes de producción, lleva consigo una gran caída de la rentabilidad agraria que acumula en los últimos cinco años, un descenso del 26% de la renta agraria.<br /><br />Centrándonos en los principales sectores de Andalucía: frutas y hortalizas, aceite de oliva, cereales y ganadería, en este último año, se han perdido 1.223 millones de euros, como consecuencia directa del hundimiento de los precios en origen.<br /><br />En el sector de fruta y hortalizas, la caída de precios está provocando enormes pérdidas y poniendo en riesgo la continuidad del primer sector productor de Andalucía en cuanto a valor de la producción y generación de empleo, que con una caída media del precio del 20%, las pérdidas se cifran en más de 825 millones de euros.<br /><br />En el sector del olivar, las pérdidas por caída de precios en la pasada campaña ha ascendido a 195 millones de euros, solo en la Comunidad Autónoma Andaluza, lo que supone una caída media del precio del 22%, además de que la presente campaña ya apunta a unos precios ruinosos.<br /><br />En cuanto a los cereales, este año se ha repetido la situación de la campaña anterior, con una cotización inferior a la media histórica, lo que ha supuesto unas perdidas de 72 millones de euros únicamente en trigo. Todo ello, después de que la campaña 2007/08 batiera récord en el precios de los cereales, lo que produjo, por su efectos en los piensos, una elevación de los costes de la ganadería que provocó el abandono de una gran número de explotaciones, sin que tampoco entonces contáramos con instrumentos de estabilización.<br /><br /><br /><b>Culpables</b><br />Esta situación de crisis de precio generalizada está motiva por diversas razones. En primer lugar, la asociación agraria lo achaca el poder que ostentan los grandes grupos de distribución, que están condicionando las relaciones comerciales con efectos negativos para los dos extremos de la cadena agroalimentaria: los agricultores y los consumidores. Así, presionan a la baja los precios de sus proveedores, lo cual se traslada de forma directa a los agricultores y al mismo tiempo imponen a los consumidores márgenes comerciales que no se justifican por el valor que añaden al producto. (El IPOD medio en lo que va de año se sitúa en el 450%, con productos que alcanzan hasta el 1.500% de diferencia entre el precio en origen y el precio en destino).<br /><br />Por otro lado, las producciones mediterráneas, en las que Andalucía es líder a nivel europeo, tienen que competir con las procedentes de terceros países -donde los costes de producción, salariales y las cargas sociales y medioambientales distan mucho de las que se asumen en Europa-, que acceden a los mercados europeos en el marco de los Acuerdos Preferenciales que la UE suscribe con ellos, a cambio de abrir sus mercados a los bienes industriales europeos. Además, no se cumplen ni los contingentes establecidos ni los precios de entrada acordados.<br /><br />Otro de los factores que nos han llevado a esta situación, es la liberalización de los mercados agrarios que está poniendo en mano de intereses especulativos la alimentación humana. Una manifestación de lo indicado es lo que ocurrió en la campaña de cereales 2007/08 en la que el precio se elevó en más de un 200%, situándose en niveles históricos, lo que provocó el abandono de un 30% de explotaciones ganaderas al no poder compensar el sobrecoste de la alimentación de sus animales. Ese incremento no obedecía a razones de una mayor demanda o una menor producción, sino a las maniobras especulativas, como lo pone de manifiesto el que en las sucesivas campañas, manteniéndose similares niveles de producción y demanda, el precio al productor se ha hundido por debajo de la media histórica.<br /><br />Por todo ello, y dado el carácter estratégico que la agricultura y la ganadería tiene en la Comunidad Autónoma andaluza (15% PIB; 10% Empleo; 23% Exportaciones, sostén de la principal industria andaluza) es preciso que el Gobierno considere como cuestión de estado la defensa de este sector.<br /><br /><b>Oportunidades</b><br />Por ello, desde COAG-Andalucía se considera que la presidencia Española de la UE es una oportunidad para diseñar una nueva Política Agraria Comunitaria que recupere los mecanismos de regulación de los mercados en beneficio tanto del mantenimiento del sector productor como del consumidor, estabilizando los mercados.<br /><br />Asimismo, es preciso restablecer el principio de preferencia comunitaria que asegure unos niveles de producción propia razonables y compatibles, con intercambios comerciales con otros países, además del establecimiento de mecanismos eficientes en el control de las importaciones, que garanticen una competencia justa que exija a los productos importados los mismos requisitos que se imponen a los nuestros. <br /><br />En este sentido, el debate sobre el futuro de la PAC no debe reducirse al mantenimiento de un presupuesto, sino a garantizar unas reglas de mercado que permitan una retribución justa al valor del producto agrario, pues, las ayudas de la PAC tan sólo representan el 13 % de la renta agraria y, como hemos visto, en una campaña se pierde más por causa de una crisis de precios que lo que se percibe por vía de ayudas de la PAC.<br /><br />En consecuencia, ante la “dramática situación del sector”, COAG trasladará al presidente Zapatero la necesidad de poner en marcha de forma urgente un plan de rescate al sector, como ha realizado con otros sectores productivos, y el compromiso de defensa de los planteamientos indicados en relación con la PAC y el mercado de los productos agrarios.<br /><br /><a href= http://www.mercacei.com/foros/index.php target= “blank”> <b>Opine sobre esta noticia en nuestro foro</b></a><br />