España es líder mundial en la producción de aceite de oliva, pero la comunidad que sin duda despunta en esta actividad es la andaluza. Aun así, parte del aceite de oliva producido en esta tierra llega a los mercados internacionales bajo marca italiana o se comercializa a granel, sin ningún valor añadido. De hecho, el mercado oleícola es tan peculiar que existen más de 700 operadores que venden por su cuenta y apenas tres o cuatro grandes grupos de distribución comprando, que son los que, finalmente, toman las decisiones en materia de precios. Así lo recoge hoy el diario El País.<br /><br />Las Denominaciones de Origen Protegidas (DOPs) surgieron en su día como un distintivo de calidad para conquistar mercados, y en el sector agroalimentario andaluz, el aceite acapara 12 de las 25 certificaciones. Hace cuatro años, la Consejería de Agricultura dio el primer paso para crear una única Denominación de Origen Protegida bajo el nombre “Aceites de Andalucía”. El objetivo era unir baja un mismo paraguas, aunque manteniendo las marcas de cada provincia. Sin embargo, el envite que lanzó el entonces consejero Isaías Pérez Saldaña quedó en saco roto por los recelos y el inmovilismo del sector. Y algo parecido ocurre en estos momentos, cuando la Junta intenta, de nuevo, reagrupar las marcas en un mismo sello de protección. Con ello, se daría protección también a Campiñas de Jaén, DOP a la que la Comisión Europea ha dejado sin esta protección. Aunque presumía de ser la mayor Denominación de Origen Protegida del aceite en Europa, finalmente, no ha superado el filtro comunitario. Los motivos que alega lla Comisión son nuevamente los vínculos geográficos de su aceite, que no se consideran bien definidos. El año pasado ocurrió lo mismo con la DOP Sierra Sur.<br /><br />En este contexto, desde la Consejería de Agricultura se ha propuesto al sector oleícola implantar una Indicación Geográfica Protegida (IGP) que agrupe a todo el aceite de Jaén, un distintivo que no sería incompatible con las denominaciones existentes en esta provincia. “Es un doble valor para el producto, con el etiquetado con ambas condiciones”, ha señalado la delegada del Gobierno andaluz en Jaén, Teresa Vega, para quien ambas figuras son “muy parecidas”. Se trata de una figura de protección más frecuente en el sector ganadero y que en el sector oleícola tiene sus antecedentes en la Toscana italiana.<br /><br />Pero, la propuesta de la Junta de Andalucía no sólo no ha despertado entusiasmo en el sector, sino que ha alentado la inquietud. “No vaya a ser que por crear una IPG nos carguemos lo que ya tenemos y nos ha costado muchos años”, alerta Rafael de la Cruz, presidente de la DOP Sierra Mágina. Y es que dentro del sector oleícola hay quien considera a la IPG como una especie de segunda división si se compara con la DOP. El reglamento comunitario lo deja bien claro, pues en las DOPs todo el proceso productivo debe hacerse en el lugar de origen del ámbito de protección, mientras que para la IPG basta con que una sola cualidad se atribuya a esa zona geográfica.<br /><br />Aunque las DOPs del aceite existentes en Jaén van a plantear a sus cooperativas la oferta de la Junta, sus gestores no ocultan sus recelos. “No podemos volver loco al consumidor con tantas etiquetas en la botella, no se puede desmontar lo que ya tenemos”, señala Emilio Tíscar, gerente de la DOP Sierra de Cazorla, la marca que más aceite ha comercializado en el exterior en la última campaña. En cualquier caso, sí que parece haber disponibilidad para afrontar de manera conjunta campañas de promoción del aceite. “Claro que estamos a favor de un mismo paraguas para todo el aceite, pero sin poner en riesgo la pervivencia de las denominaciones”, enfatiza Rafael de la Cruz.<br /><br /><a href= http://www.mercacei.com/foros/index.php target= “blank”> <b>Opine sobre esta noticia en nuestro foro</b></a>