En marcha un nuevo proyecto que “consiste en analizar residuos de yacimientos del Museo de Zaragoza y de Albarracín, como aceites o resinas, utilizados para elaborar cosméticos o medicinas”, según explicó la investigadora Josefina Pérez-Arantegui en declaraciones a Europa Press. La labor es parte de un trabajo del grupo de investigación Espectroscopia Analítica y Sensores (GEAS) -reconocido por el Departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad del Gobierno de Aragón-, en colaboración con la Universidad de Pisa (Italia), que Pérez-Arantegui dirige desde hace dos años, sobre la utilización de materiales inorgánicos para la obtención de cosméticos y medicinas en la antigüedad.<br /><br />“Utilizamos yacimientos de la época romana, medieval e islámica, y es muy interesante y complejo porque se encuentran gran variedad de componentes, y en niveles muy escasos, ya que, precisamente, se pretende no terminar con la muestra al analizarla, sino poder mostrarla después”, detalló la investigadora. Para conseguirlo se utilizan técnicas científicas de arqueometría como rayos X, radiaciones infrarrojas o láser, así como técnicas microscópicas para adentrarse en la microestructura de los materiales estudiados y, así, conocer la máxima información de los objetos del patrimonio cultural. <br /><br />“Los materiales orgánicos son los primeros que se pierden con el paso del tiempo, son los más difíciles de recuperar y se encuentran actualmente en cantidades pequeñísimas, de ahí la complejidad de su análisis”, precisó la investigadora, que indicó que, gracias al hallazgo de un pequeño instrumento metálico utilizado para revolver los cosméticos, se ha obtenido información “muy valiosa” que ofrece un mayor conocimiento sobre la vida cotidiana en la época romana.<br /><br />“Vimos a través del estudio de este material cómo se preparaba el maquillaje en esa época, cómo se mezclaban los componentes, que se estaban usando aceites esenciales, aceite de oliva y colorantes y que los objetivos eran muy similares a los actuales, tales como que el colorete sea fácil de extender, aguante la humedad o tenga un color discreto”, expuso.<br />En este sentido, incidió en que para conseguirlo, en ocasiones, se recurría a materiales como las resinas que era necesario traer “desde muy lejos”, así como desarrollar un proceso complejo, por ejemplo, a través del color orgánico de una planta, “con tratamiento previo y la mezcla de varios materiales para conseguir el producto final”.<br /><br /><b>En busca de <i>marcadores</i></b><br />El trabajo de estos investigadores demuestra que la preparación de cosméticos en la antigüedad era una tarea que requería ya unos conocimientos especializados. Desde los primeros tiempos se utilizaban productos, sobre todo de origen vegetal y mineral, para producir ungüentos, perfumes, maquillajes o cremas. <br /><br />Este grupo de investigación aragonés, a través de estas técnicas precisas, puede analizar los restos encontrados en pequeños envases o sobre instrumentos de tocador, analizando la mezcla completa de ingredientes para poder entender qué se utilizó, cómo se preparó y para qué se usó. Pueden aparecer componentes inorgánicos -minerales naturales o preparados- que se identifican mediante técnicas como la microscopia electrónica o la difracción de rayos X, siempre en una muestra pequeñísima. Por lo general, éstos van acompañados de productos orgánicos -resinas, ceras, aceites, colorantes-, cuyo reconocimiento resulta mucho más complejo por la cantidad de muestra tan pequeña de la que se dispone y, sobre todo, porque el paso del tiempo y las condiciones ambientales los han modificado enormemente. <br /><br />Por ejemplo, para identificar un aceite de oliva no se encontrarán los mismos componentes que en uno actual, sino que se deberá buscar una serie de “marcadores” que han permanecido después de todas las transformaciones y cuya presencia acabe indicando que originalmente había aceite de oliva, “como en un rompecabezas o en un juego de pistas”. <br /><br />En estos casos, “trabajamos con técnicas cromatográficas y espectrometría de masas, pero modificando los métodos, buscando mejorar su sensibilidad y apoyados por otras técnicas complementarias”, apuntó Pérez-Arantegui. <br /><br />Hasta el momento, los materiales investigados proceden de pequeños ungüentarios y de útiles de tocador y corresponden a maquillajes para dar color en el rostro o en los labios, si bien se prevé que la investigación continúe durante, al menos, dos años más, "porque es un asunto sobre el que existen muy pocas publicaciones hasta el momento". <br /><br />Todos estos hallazgos y trabajos se han realizado en colaboración con investigadores pertenecientes a Historia, Arqueología e Historia Medieval y han dado lugar a proyectos impulsados por la Universidad de Zaragoza, financiados por el Gobierno de Aragón y el Ministerio de Ciencia e Innovación.<br /><br /><a href= http://www.mercacei.com/foros/index.php target= “blank”> <b>Opine sobre esta noticia en nuestro foro</b></a>