Asaja-Jaén ha mostrado satisfecha de que “después de cuatro años de insistencia de la organización, haya calado en el sector del olivar la necesidad de la reconversión y/o reestructuración como forma de supervivencia para la mayoría de las explotaciones”, tal y como explica en nota de prensa. En concreto, el colectivo apunta que tras las jornadas “Del cultivo tradicional a la reconversión del olivar”, celebradas el pasado 30 de marzo en la Institución Ferial de Jaén, “al fin las administraciones tomen nota de las peticiones y no sólo se sumen al mensaje, sino que lo apoyen con presupuesto”,<br /><br />El gerente y portavoz de Asaja -Jaén, Luis Carlos Valero, intervino en las jornadas y, basándose en un estudio elaborado por el Consejo Económico y Social sobre la rentabilidad del olivar dejó claro que “El problema del olivar de Jaén es el propio olivar”. Para Valero, lo fundamental para el futuro del olivar es que, en primer lugar, se adopte unánimemente la necesidad de reconvertir o reestructurar el cultivo para hacerlo más competitivo ante las nuevas plantaciones superintensivas y la tendencia a la baja de los precios, también propiciada por estas plantaciones que producen más, más barato y respetando la calidad. Así, Valero insistió en que, una vez “todos de acuerdo” en la necesidad de reestructurar, es necesario que las administraciones tomen buena y no sólo que se sumen al mensaje, sino que lo apoyen con presupuesto. “La Junta ha perdido una ocasión de oro para incluir la reconversión su Ley del olivar, lo cual se presentó como enmienda a la totalidad en el Parlamento y fue rechazado por la mayoría parlamentaria socialista”. “Porque, sin presupuesto, nada se puede hacer, no con la ley ni con la reconversión”.<br /><br />Para Valero, el problema de la producción en Jaén es que “nos hemos quedado desfasados”. “Y no por la producción y por la excelencia del cultivo, sino por los precios, que ya no son competitivos”, añadió. “Si no actuamos antes, el mercado se va a regular, pero a través del abandono de explotaciones”, apuntó. En este sentido, y para las explotaciones menos productivas y con menor capacidad de reconversión (por ejemplo, por su elevada pendiente), Valero insiste que, sí para ellas, se necesitan unas ayudas específicas que sí aseguren el cultivo, pero con las premisas de arraigo de población o criterios medioambientales como principal exponente.<br /><br />En las jornadas intervino también Francisco Molina, secretario general de Asaja -Jaén y miembro de la Fundación Caja Rural. Molina presentó los “bárbaros” incrementos de producción, que también van aparejados a unos incrementos similares de consumo. “El aceite que se produce se consume, por lo que hay que seguir produciendo, pero también buscando la rentabilidad en esa producción”, explicó Molina. “Los costes de obtención del producto marcan la orientación en el mercado de dicho producto y en España no sólo somos líderes en producción, sino también en precios bajos”, apuntó tras hacer referencia en que ni siquiera se aprovecha el contingente de aceite que se puede introducir de Túnez sin aranceles, “porque aquí está más barato y ni siquiera hace falta”. Molina dejó claro que las nuevas plantaciones de olivares intensivos y superintensivos pueden incluso aumentar la calidad del producto final. “Por ejemplo, son plantas más susceptibles de adelantar la recogida un mes y, por tanto, obtener un aceite de mayor calidad”. Por último, Francisco Molina lanzó un mensaje de futuro antes de finalizar su intervención: “Aquel que pueda producir barato, que lo haga. El que no, tiene que recibir ayudas que complementen esa falta de rentabilidad o que le ayuden a producir barato”.<br /><br /><i>Para más información, pueden suscribirse a nuestro Newsletter Semanal impreso "Mercacei" y/o al Club Mercacei en el <a href="seccion/151/alta/">Club Mercacei.</a></i><br />