La revolución que vive la genética también está permitiendo nuevas expansiones del olivar a terrenos más áridos y difíciles de cultivar, iniciativas que salen adelante ayudadas por los avances en el riego y la innovación en la recogida mecánica de la cosecha. Ahora, este tipo de terrenos “áridos”, que en este caso se encuentran en Argentina, son también objetivos de productores olivícolas. Según informaciones ofrecidas por webs como losandes.com.ar o portales especializados como Olivícola, existe un interés especial tanto por parte de empresas españolas como australianas en conseguir estas tierras para dedicarlas al cultivo oleícola.<br /><br />En concreto, se cita a José Chediak, presidente de Phronesis, dueño de Solfrut y Oliovita, que asegura que “Argentina se encuentra en un punto de inflexión", en el terreno olivícola, justo en el momento en el que tanto “australianos y españoles están invirtiendo en plantaciones que se desarrollan en tierras áridas”. De hecho, en el artículo se asegura que uno de los motivos es que el precio de terreno es allí mucho más económico.<br /><br />También habla Enrique Gobbé, de la local Ciasa, quien apunta a las diferencias existentes en los cultivos con una alta densidad “en torno de 600 hasta 1.000 plantas por hectárea”, cuando en España “llegan a 150 plantas”. El experto detalla que, además, gracias a la genética “se obtienen variedades precoces que pueden dar su primera cosecha a los dos años frente a los cinco años que había que esperar”.<br /><br /><i>Para más información, pueden suscribirse a nuestro Newsletter Semanal impreso "Mercacei" y/o al Club Mercacei en el <a href="seccion/151/alta/">Club Mercacei.</a></i>