La edición del programa sensacionalista Today Tonight de Adelaida -la capital y la ciudad más poblada del estado de Australia Meridional- emitió un reportaje a principios de la pasada semana dedicado a una investigación que lleva ya cuatro meses dedicándose a sacar a la luz irregularidades en el etiquetado y la calidad del aceite de oliva.<br />Al principio parecía un refrito de una noticia que salió a la luz el verano pasado, protagonizada también por la Australian Olive Association y su presidente trotamundos, Paul Miller, mezclado con una buena dosis de periodismo sensacionalista. Pero rápidamente empezó a aflorar una sorprendente diferencia.<br /><br />El programa comenzó con la “exagerada” declaración sobre el consumo de aceite de oliva en Australia con el que introducían el tema también en verano. “Los australianos son en la actualidad los mayores consumidores de aceite de oliva virgen extra fuera de los países mediterráneos”, aseguraban, de nuevo, mostrando un desconocimiento “muy práctico” del uso de la tantas veces útil clasificación per cápita.<br /><br />Y esta vez no hizo falta hablar sobre tráfico ilegal y bajo nivel de los aceites importados, otro tema recurrente en estos programas. Entonces se produjo el giro radical con respecto al pasado verano. Fue cuando señalaron con el dedo al productor australiano Big Olive.<br /><br />Los resultados de las pruebas del laboratorio Modern Olives, a las que ha accedido el reportero Frank Pangallo -que recibió amenazas anónimas en el curso de su trabajo, tal y como ha denunciado él mismo- persiguen a Rabih Moughelbay en esta ocasión.<br /><br />Moughelbay, propietario de Big Olives, no ha querido declarar nada ni facilitar las cosas, soltando frases como “ni siquiera soy cristiano, pero voy a jurar sobre la Biblia que este asunto es una basura”. <br /><br />Luego están las entrevistas con los ex trabajadores descontentos de Big Olive, que han demandado a la compañía del sur de Australia por trabajos forzados, prácticas insalubres y reetiquetados ilegales de alimentos caducados.<br /><br />Los informes de Modern Olives sugieren, de acuerdo con la retransmisión en Today Tonight, que los aceites de oliva de Big Olive que se venden en los lineales de los supermercados son rancios, adulterados y no aptos para el consumo.<br /><br />Las pruebas de Modern Olives también demostraron que estos zumos son inferiores a las calidades indicadas en el etiquetado de sus envases, cuya etiqueta de importación remite al australiano George Calombaris, la celebridad del programa MasterChef.<br /><br />Cuando se le preguntó a Paul Miller si pensaba que estos episodios se daban por priorizar la ayuda a los productores nacionales antes que salvaguardar la calidad del aceite de oliva, Miller aseguró al Olive Oil Times que “en la mente de los australianos no hay distinciones entre los diferentes aceites de oliva. Tenemos el pensamiento de que la mayoría de cosas malas vienen del extranjero, pero yo siempre he declarado que alrededor del 15-20% del aceite de Australia también tiene que levantar su estatus”, indicó el Presidente de la Australian Olive Association.<br /><br />“Algo bueno está haciendo la implantación del Código de Prácticas en torno a los aceites certificados nacionalmente -agregó Miller-, pero tenemos aquí mismo estafadores como Moughelbay”.<br /><br />Por Curtis Cord, editor del Olive Oil Times<br /><br /><i>Para más información, pueden suscribirse a nuestro Newsletter Semanal impreso "Mercacei" y/o al Club Mercacei en el <a href="seccion/151/alta/">Club Mercacei.</a></i>