Unaprol destina en tres años 1,1 millón de euros a la investigación científica a través del proyecto UE-Mipaaf

En concreto, el gasto comprometido por el Consorzio Olivicolo Italiano representó el 3% del total del último proyecto Unaprol llevado a cabo mediante el sistema de cofinanciación en base al modificado Reglamento CE 867/08, relativo a los programas de los operadores del sector, que expira el 31 de marzo de 2015 y ahora entra en la fase de difusión de los resultados.

Durante la presentación de Enoliexpo Adriatica, una feria de tecnología que el próximo 30 de enero acogerá en la localidad de Fermo el evento "Un olivar competitivo, entre la investigación y la innovación", organizado conjuntamente por Coldiretti Marche y Unaprol, el director general de Unaprol, Pietro Sandali, señaló que las principales actividades llevadas a cabo en el ámbito de la investigación se han centrado en la renovación de los sistemas de producción; la racionalización de las técnicas de cultivo para reducir los costes de producción; la reducción del impacto ambiental vinculado también a la explotación de los subproductos; la mejora de la calidad de los aceites; y la mejora de los productos secundarios como recursos para aumentar el valor añadido de todo el proceso productivo". No obstante, según Sandali, "la principal innovación del sector se encuentra en el propio mercado, debido a que la industria está todavía demasiado fragmentada".

El mapa del olivo en Italia se compone en su mayor parte de olivar tradicional caracterizado por sus elevados costes de producción, baja productividad, marcada alternancia de la producción y la difícil adaptación a la mecanización. Unos olivares que, en muchos casos, se mantienen y protegerán en el futuro no sólo por razones de conservación del patrimonio y de la riqueza varietal de especialidades autóctonas, sino también por motivos culturales y paisajísticos, especialmente si tenemos en cuenta que más del 60% de los olivares italianos se enmarcan en territorios con una pendiente superior al 15-20%. Otras exigencias que presenta el sector son las relativas a la certificación genética y sanitaria de las plantas con objeto de evitar en el futuro otros casos similares al acaecido con la Xylella fastidiosa; la mejora del aspecto ambiental y paisajístico de los olivares (acción de secuestro de CO2); y el desarrollo de sistemas innovadores de trazabilidad con ayuda de la genética.