Según Toñi Bravo, vicepresidenta del Consejo Regulador de la DOP Aceituna Aloreña de Málaga, "se presenta una campaña media, pero mejor que la del año anterior, con buen calibre, fruto sano y de buena calidad". La temporada de verdeo repercutirá en la provincia de Málaga con un volumen de negocio valorado en 15 millones de euros, que supondrá el sustento de más de 4.000 familias relacionadas directamente con el sector. Según el Consejo Regulador, está prevista la recogida de diez millones de kilos de aceituna, de los cuales, en torno a cuatro millones saldrán al mercado certificados con la DOP Aloreña de Málaga. En esta campaña, la Denominación cumple nueve años, un distintivo de calidad que protege y certifica el cumplimiento desde su cultivo hasta su envasado, verificando los estándares de calidad que establece el Consejo Regulador. La DOP ha explicado que la recolección de las aceitunas, conocida como “ordeño”, es totalmente manual. Las cuadrillas las recogen a mano y las depositan en los canastos recubiertos de tela de saco, en cubetas o en los “macacos”, para evitar que los golpes dañen o estropeen las aceitunas, que son muy delicadas. Esto implica, según el Consejo Regulador, que los costes de recolección de esta variedad de aceituna son superiores a los de otras variedades, ya que, además, es imposible su mecanización debido a la orografía del terreno de los olivares. Las aceitunas con esta Denominación, tras ser recogidas, son transportadas a la planta de aderezo en cajas aireadas para evitar que se deterioren. Una vez allí, pasan a una clasificadora que las separas en función de su tamaño, siendo las aceitunas extras y primera las que se aliñan y envasan para ser certificadas por el Consejo Regulador. Tras este proceso, estas aceitunas son etiquetadas con la precinta de calidad que asegura los controles favorables que ha emitido este Consejo Regulador sobre dichas aceitunas.