Las cubiertas vegetales permiten frenar el impacto del cambio climático

Aunque el proyecto abarca tanto cultivos leñosos como herbáceos, un estudio coordinado por la investigadora del centro IFAPA Alameda del Obispo y miembro del equipo técnico del proyecto, Rosa Carbonell, destaca los resultados que se están obteniendo en las fincas de olivar que forman parte de la red de fincas colaboradoras del proyecto, según ha informado en su página web Asaja-Sevilla , organización que participa en esta iniciativa.

Así, en la comparativa entre un suelo de olivar en secano situado en Alcalá la Real (Jaén) y manejado convencionalmente, con laboreo entre las calles de los árboles, y el de un olivar en la misma zona que tiene implantadas cubiertas vegetales espontáneas, la cubierta vegetal ha propiciado un aumento en los contenidos en carbono orgánico que se hace más evidente en el horizonte superficial del suelo, aunque de manera general es superior en todo el perfil contemplado.

Si se evalúa conjuntamente el resultado obtenido tras las tres campañas de estudio, los suelos bajo cubierta vegetal muestran un contenido en carbono orgánico un 24% de media superior en todo el perfil de 30 cm.

En otras dos fincas de olivar, que también forman parte de la red de ensayos del proyecto LIFE Agromitiga, situadas en los municipios de Villamanrique de la Condesa y Marchena, ambas en la provincia de Sevilla, y donde se tienen implantados los dos sistemas de manejo que estamos evaluando, laboreo tradicional y agricultura de conservación, al igual que se pudo observar en el caso anterior, los olivares que se encuentran con las calles entre árboles protegidas con una cubierta vegetal muestran contenidos mayores en la evolución del carbono orgánico que los suelos desnudos y que han sido labrados.

Esos aumentos han sido especialmente significativos en el caso de la finca situada en Marchena, ya que los suelos con cubierta vegetal han aumentado su contenido en carbono orgánico un 31%, un 17% y un 3% más que los suelos labrados para las tres profundidades estudiadas, respectivamente, según ha precisado la organización agraria.

En el caso de la finca de Villamanrique de la Condesa ese aumento se aprecia únicamente en la capa más superficial del suelo y ha sido un 11% superior en el suelo con cubierta por encima del laboreo.

Asimismo, las cubiertas vegetales disminuyen la escorrentía del agua de lluvia, aumentan la retención de la misma en el suelo y al cubrir la superficie evitan que esté desnudo, disminuyendo también el impacto de las gotas haciendo que el arrastre de aguas contaminadas por fitosanitarios sea menor, con lo que la contaminación a su vez también es menor. "Es muy importante realizar un buen manejo de la cubierta, ya que así se evitará que en las épocas de mayor demanda hídrica la cubierta no compita por el agua con el árbol", ha indicado.

Del seguimiento realizado en las fincas referidas de Jaén se puede observar cómo el suelo ha presentado mayores contenidos en humedad en el caso del olivar que tenía cubierta vegetal en dos períodos de los estudiados, mientras que la finca en laboreo convencional ha mostrado valores superiores en los otros dos casos.

En el caso de los olivares de la provincia de Sevilla, en los situados en Villamanrique, la cubierta vegetal ha propiciado que los contenidos en humedad hayan sido mejores prácticamente en casi todas las mediciones realizadas (tres de cuatro), mientas que en el caso de Marchena ha sido en todos los casos valorados.

Según Asaja-Sevilla, los resultados obtenidos hasta la fecha permiten situar a las cubiertas vegetales en olivar en una posición favorable para secuestrar el carbono atmosférico y aumentar su contenido en el suelo respecto de los sistemas de laboreo y suelo desnudo, y, con un adecuado manejo, propiciar el aumento de agua útil en el perfil de suelo y proporcionar otras ventajas como son la protección del suelo y la mejora de su calidad.