Se pasaban los días con los mismos comentarios que las semanas precedentes. La falta de operaciones, la resignación de la oferta y la apatía de la demanda estaban a la orden del día en los mercados oleícolas nacionales. Esta situación de incertidumbre provocaba que los operadores se encontraran esperando los datos de la Agencia para el Aceite de Oliva como agua de mayo. Andalucía estaba de suerte, pues según el último informe del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), la Comunidad Autónoma exportó de enero a noviembre de 2010 casi un 35% más de aceite de oliva respecto al mismo período de 2009, incremento que se apreció tanto en cantidad, con más de 539.000 toneladas, como en valor, con unos ingresos superiores a los 1.100 millones de euros (un 23,5% más). Aunque estas cifras en nada movían un mercado en stand-by a la espera de no se sabe muy bien qué.<br />Jaén y Granada vivían una paralización generalizada. La oferta se resistía a vender a esos precios, aunque se producían algunas operaciones marcadas por la necesidad de liquidez. En el otro extremo del mercado, la demanda sólo parecía comprar si no quedaba más remedio.<br />Así, las cotizaciones se mantenían inmóviles, con el lampante a 275/280 ptas./kg. (1.653/1.682 €/t.); el botella a 290/300 ptas./kg. (1.74/1.803 €/t.); el virgen extra a 320/340 ptas./kg. (1.923/2.043 €/t.); y el refinado a 295 ptas./kg. (1.773 €/t.).<br />En Córdoba, la oferta se retenía especialmente durante esta semana debido a los problemas generados por la falta de cabida. En el mercado se vendía “lo justo” para resolver ejercicios puntuales, por lo que las cotizaciones, al igual que en Jaén y Granada, continuaban en los mismos valores. El lampante se establecía en las 275/280 ptas./kg. (1.653/1.682 €/t.); mientras que el botella se mantenía a 290/300 ptas./kg. (1.743/1.803 €/t.); el refinado a 292/295 ptas./kg. (1.755/1.773 €/t.); y el virgen extra a 320/340 ptas./kg. (1.923/2.043 €/t.).<br />Sevilla, por su parte, hallaba la tranquilidad en el mercado, con menos “agobio” por parte de la oferta, aunque ansiaban, al igual que el resto de la Península, conocer los datos de producción. Los precios se mantenían similares aunque se movía el refinado hasta las 298 ptas./kg. (1.791 €/t.); mientras, el lampante seguía cotizando a 275/280 ptas./kg. (1.653/1.682 €/t.); el botella a 295/300 ptas./kg. (1.773/1.803 €/t.); y el virgen extra a 320/350 ptas./kg. (1.923/2.103 €/t.).<br />Málaga se sumaba a la falta de operaciones, pues las compras sólo se realizaban si era estrictamente necesario y “picoteando”, lo que sujetaba y estabilizaba el mercado. Los refinables se mantenían a 270/275 ptas./kg. (1.623/1.653 €/t.); los botella a 290/300 ptas./kg. (1.743/1.803 €/t.); y los vírgenes extra a 320/350 ptas./kg. (1.923/2.103 €/t.).<br />Toledo, al contrario que las demás zonas productoras, se alzaba con un mercado fuerte, por lo que sus cotizaciones se situaban en las 340/345 ptas./kg. (2.043/2.073 €/t.) el virgen extra y en las 305/320 ptas./kg. (1.803/1.893 €/t.) el botella.<br />Por otro lado, las Comunidades de Cataluña, Extremadura y Valencia se encontraban totalmente paralizadas y con cotizaciones estáticas y, sólo en algunos casos, puntuales.