Un trabajo realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el CEBAS-CSIC de Murcia, la Queen’s University de Belfast y la Universidad de Berna (Suiza) ha permitido establecer los efectos medioambientales de la aplicación de residuos compostados de alperujo en suelos afectados por la actividad minera. Estos suelos se caracterizan por la presencia de metales y metaloides contaminantes, así como por frecuentes condiciones de inundación.<br /><br />El alperujo es un subproducto pastoso, generado por la molturación de la aceituna en el proceso de extracción del aceite de oliva. Aunque aplicado en bruto puede contaminar suelos y aguas, en los últimos años viene demostrando provechosas aplicaciones medioambientales a partir de su compostaje.<br /><br />De acuerdo con el trabajo, publicado en la revista <i>Environmental Pollution</i>, la aplicación de compost de alperujo en suelos de la zona minera de Rio Tinto (Huelva) causó una importante solubilización de arsénico, mientras que la aplicación de fertilizantes inorgánicos sobre los mismo suelos sólo tuvo ligeros efectos sobre este elemento.<br /><br />El estudio determinó también la volatilización de metaloides en los suelos. Así, el selenio volátil se redujo en los suelos enmendados con materia orgánica, mientras que la volatilización de arsénico no fue significativa. Según los autores, estos resultados apoyan el uso de materia orgánica para mejorar suelos mineros por su papel en el secuestro de carbono y su influencia en la fertilidad y calidad de los suelos para iniciar la restauración ecológica de las zonas degradadas y desnudas de vegetación. Asimismo, los resultados también ponen de manifiesto que se debe monitorizar la movilidad de los contaminantes, especialmente tras la adición de la enmienda al suelo.<br /><br />En cuanto al método de estudio empleado, los investigadores utilizaron una serie de reactores en los que colocaron el suelo y aplicaron dosis realistas de compost de alperujo y de sales inorgánicas de nitrógeno, fósforo y potasio. Los reactores se mantuvieron bajo condiciones controladas de temperatura durante dos meses y se realizaron muestreos periódicos de la disolución del suelo y de la atmósfera del reactor. Para la caracterización de las especies solubles de arsénico utilizaron tecnologías analíticas avanzadas como la espectrometría de masas para producir iones (ESI-MS) y la espectrometría de masas con fuente de plasma de acoplamiento inductivo (ICP-MS).<br />