Según ha destacado el centro docente cordobés en un comunciado, el entorno nanoscópico es muy diferente respecto a la escala humana o la microscópica. Los materiales tienen unas propiedades y un comportamiento muchas veces sorprendente. Por ejemplo, el color amarillo típico del oro se convierte en azul, verde o rojo al pasar de una escala macrométrica a otra nanométrica. Debido a esto, en los últimos treinta años, científicos de todo el mundo han desarrollado una carrera para caracterizar estos compuestos, de una escala tan pequeña que cabrían entre 1.000 y 100.000 en el diámetro de un cabello humano, y para darles uso. Hasta ahora, estas dos perspectivas, la de identificar y la de crear herramientas, habían ido por caminos paralelos.En este sentido, investigadores de la Universidad de Córdoba han propuesto unirlas ahora en una tercera vía y han observado que empleando nanoherramientas se incrementa la capacidad de extraer información de este mundo minúsculo.“Hasta ahora, o bien se trata de identificar nuevos compuestos, o bien se trata de darles un uso aplicado en sectores como la industria alimentaria o cosmética o para la protección ambiental”, ha explicado Miguel Valcárcel, catedrático de Química Analítica y responsable del equipo científico. “Fruto de nuestra experiencia, hemos observado que podemos crear nanomateriales que sirvan para la caracterización de otros nuevos, lo que incrementará notablemente el conocimiento en este campo”, ha señaldo el científico. La propuesta la han denominado tercera vía en nanociencia y nanotecnología analítica y ha sido publicada en la revista científica Trends in AnalyticalChemistry en 2016.En concreto, el estudio presenta ejemplos en los que se observa la determinación de nanomateriales usando estas herramientas nanoscópicas. Para la detección de nuevos elementos, los investigadores han probado con nanotubos de carbono, muy apreciados y usados en diferentes industrias, tanto para crear bicicletas más ligeras como para filtrar el agua o desarrollar baterías recargables. También con nanopartículas de oro o de plata. “Estas herramientas son mucho más potentes que los reactivos químicos clásicos”, ha precisado Valcárcel. La filosofía de esta tercera vía es “buscar efectos sinérgicos” entre las herramientas y los objetos de estudio. Los químicos analíticos de la UCO han observado que, al relacionarse nanoanalitos y nanoherramientas en el mismo proceso, se consiguen procesos de caracterización, detección y determinación de muchas mejores prestaciones (por ejemplo mayor sensibilidad y selectividad). La UCO ha recalcado que se estima que, en 2020, tres de cada cuatro productos alimentarios que se vendan en Estados Unidos tendrán base tecnológica. Se emplean por ejemplo en la detección de fenoles en aceite de oliva, determinación y eliminación de nanocontaminantes en el medio ambiente o para desarrollar nuevos cosméticos.