Un estudio sobre la historia del aceite en Jaén asegura que la decisión de implantar un sistema de monocultivo del olivar en esta provincia fue "la más adecuada" para su economía y sostiene incluso que el "retraso" en su implantación "supuso unos elevados costes para la provincia que pagó con creces en términos de atraso y subdesarrollo". <br /><br />Esta investigación ha sido realizada por el doctor en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid, Luis Garrido, que ha argumentado que "cuanto más tiempo se tardó en alcanzar el monocultivo olivarero, más perjudicada resultó la provincia de Jaén en general y su economía en particular". <br /><br />Garrido argumentó que los siglos transcurridos cultivando cereales "en un tipo de tierras y con un clima no excesivamente adecuados a los mismos" fueron "negativos" para la provincia. "Lo lógico era la especialización en el monocultivo olivarero dadas las ventajas comparativas que reportaba", agregó. <br /><br />Así las cosas, esta especialización comenzó a desarrollarse especialmente a partir de 1835, alcanzándose varias "épocas doradas" de este cultivo y permitiendo "la integración de la economía provincial en el mercado español e internacional". <br /><br />En el estudio se apunta que en la decisión de optar por este monocultivo "predominó por encima de todo la racionalidad económica", ya que el olivar "respondía al mejor tipo de cultivo que se podía dar en esta provincia de acuerdo con unas razones objetivas naturales". <br /><br />Garrido consideró que la decisión de no diversificar los cultivos "fue más correcta que la contraria" y argumentó que "la posposición en el tiempo del monocultivo olivarero significó un elevado coste para la economía provincial, que, como mínimo, pagó hasta el primer tercio del siglo XX".