Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, liderados por el científico José María Pedrosa, en colaboración con la empresa SOS Cuétara, S.A. y el Instituto de Ciencias de Materiales de Sevilla, van a iniciar un proyecto de la Corporación Tecnológica de Andalucía, con el objetivo de desarrollar un sistema electrónico de olfato versátil y barato, basado en un conjunto de sensores activos, que imite el funcionamiento del sistema olfativo del ser humano para la evaluación de la calidad del aceite de oliva.<br /><br />Se trata de un sistema de análisis de aromas automatizado y repetitivo que será capaz de determinar las propiedades organolépticas de un aceite de forma objetiva, reconociendo y cuantificando sus atributos positivos y sus posibles defectos.<br /><br />Una revolución para el sector, ya que en la actualidad, la evaluación de dichas propiedades se limita a los paneles de cata, que se acoplan a los procesos analíticos sencillos para un control integral del aceite de oliva. Pero el trabajo de valoración y control que realizan los catadores supone una serie importante de restricciones en términos de objetividad, coste, rapidez, especialización del personal, etc. <br /><br />Según el responsable de la investigación, José María Pedrosa Poyato, “el sistema propuesto destaca de los sistemas clásicos de análisis, ya que realiza una valoración conjunta de los compuestos volátiles del aceite”. Los sistemas actuales de análisis químicos que pueden determinan los compuestos químicos volátiles responsables del aroma de una muestra, como por ejemplo, la cromatografía de gases con detector de masas, se encontrarían con una cantidad tal de componentes que no serían capaces de realizar un control organoléptico integral.<br /><br /> Además, este sistema organoléptico electrónico, debido a sus características, podrá ser usado por cualquier tipo de personal sin necesidad de poseer una formación especial. “Pretendemos que su uso sea generalizado y sistemático tanto en las instalaciones centrales de producción y embotellado como en los centros de distribución”, asegura José María Pedrosa.<br /><br /> <B>Sensores químicos</B><br /> Su funcionamiento se basa en un conjunto de sensores químicos capaces de responder en presencia de los compuestos volátiles del aceite, unido a un sistema inteligente de reconocimiento de patrones. “Dicho sistema será debidamente entrenado o calibrado del mismo modo que un catador especializado entrena su sentido del olfato”, señala José María Pedrosa. Así, el sistema propuesto también podría incluso llegar a determinar el origen y tipo del cultivo del que proviene el aceite de oliva.<br /><br />En un primer momento este sistema electrónico de olfato incorporará sensores conductimétricos comerciales, pero los investigadores darán un paso más y diseñarán sistemas con sensores de tipo óptico basados en colorantes orgánicos. “Este tipo de sensores son altamente novedosos y presentan una serie de ventajas en términos de sensibilidad, capacidad de discriminación, consumo energético, estabilidad en la señal, etc.”, puntualiza Pedrosa.<br /> <br />Las ventajas que representa el desarrollo de la metodología propuesta son evidentes respecto a la verificación de las calidades y tipos de aceites en toda su cadena de producción y comercialización, realizándose tal verificación en tiempos muy cortos y con la posibilidad de conocer los datos desde los laboratorios centrales de la empresa. <br />“Todo ello permitirá establecer procedimientos estrictos de seguimiento de los aceites y desarrollar pruebas de calidad en todas las etapas del proceso de comercialización, desde los centros productores a los consumidores”, señala el responsable del estudio.<br /><br /><a href= http://www.mercacei.com/foros/index.php target= “blank”> <b>Opine sobre esta noticia en nuestro foro</b></a><br />