Según este organismo, diversos factores han convertido a China en un mercado clave para las marcas. La necesidad de diferenciar el producto pasa por comunicar efectivamente la imagen de marca y se acrecienta aún más en un mercado tan interesante pero complejo como el chino. En su opinión, el inversor español debe usar la marca como orientación y fuente de información inicial a la hora de comenzar a planificar su establecimiento en China, para posteriormente elaborar un plan estratégico. La publicación destaca que existe una gran aceptación de los productos importados por parte de los consumidores chinos, ya que consideran que proporcionan gran calidad y seguridad. Además, el consumidor chino se está volviendo cada vez más sofisticado y por ello busca en los productos diferenciación en diseño e innovación. La guía aborda por qué apostar por el mercado chino, su tamaño, la competencia, las barreras de entrada, la estrategia de marca (producto, precio, distribución y promoción), la percepción del producto español, las nuevas tendencias y formas de consumo y las perspectivas del sector y situación tras el COVID-19, además de realizar una serie de recomendaciones. En cuanto al sector de la alimentación y bebidas, señala que el canal on line está ayudando a la penetración de las marcas españolas, mejorando su presencia en el mercado de una manera más sencilla. De esta manera, se han convertido en productos estrella en plataformas como Tmall los productos españoles relacionados con la carne de porcino, el vino y el aceite de oliva, impulsando su crecimiento anual. A su vez, los gustos cada vez más occidentalizados de los consumidores chinos y el creciente número de supermercados especializados en productos importados, como por ejemplo, Cityshop, Citysuper, Freshmart o Lotus, ayudan al aumento del consumo de las marcas españolas. En la categoría de aceite de oliva, destacan Mueloliva, Borges y Oleoestepa entre las marcas más presentes en lineales y plataformas digitales. La publicación precisa que el consumidor chino difiere en gran medida del consumidor español y europeo y responde a un perfil joven, móvil y omnicanal. En este sentido, cree que hay que saber desarrollar nuevas formas de alcanzar a los miembros de la generación Z y a los millennials chinos, que en el medio plazo supondrán la mayor fuerza compradora del mercado. A su juicio, esa conexión se debe basar en el fortalecimiento de la imagen que se tiene de un producto a través de la correcta transmisión del propósito de la marca, como manera de hacer frente a la escasa fidelidad a las marcas. Asimismo, subraya que la mayor parte de las compras en China se realizan on line, en particular a través de smartphones, herramienta básica para el inicio de la experiencia de compra. Según esta guía, los productos españoles tienen, en general, una buena aceptación en China, pero recomienda potenciar sus atributos de calidad, exclusividad, diversidad y trazabilidad, además de hacer énfasis en sus propiedades y principales beneficios.