Una red internacional comparte información sobre tecnologías no destructivas para el análisis alimentario

En concreto, el proyecto europeo SENSORFINT aúna a investigadores e industrias internacionales del ámbito agroalimentario, creando una red que combina experiencia en investigación, diseño de instrumentación, producción de alimentos y transferencia de tecnología para hacer frente a los retos del sector agroalimentario en materia de integridad alimentaria.

Se trata de una red europea científico-tecnológica abierta que desarrolla soluciones tecnológicas basadas en sensores espectrales para dar respuesta a problemas existentes y emergentes en la regulación y autentificación de productos y procesos alimentarios in situ y de forma no invasiva (sin necesidad de pre-procesar el producto), construyendo las bases de los nuevos sistemas de control alimentario o control inteligente que aborden la cadena de valor completa.

Asimismo, promueve la formación de jóvenes investigadores, mejorando sus competencias y posibilidades de incorporación al mercado laboral con una formación de vanguardia, que posibilitará transferir y ajustar los avances científicos a las necesidades industriales reales actuales y futuras, lo que sin duda redundará en la mejora de la competitividad de la industria alimentaria europea.

El grupo de investigación de la profesora Dolores Pérez Marín lidera este proyecto y aporta su experiencia en tecnología NIRS ( Near Infrared Reflectance Spectroscopy ), análisis hiperespectral e inteligencia artificial para el análisis de alimentos. Estos sensores espectrales no destructivos son una tecnología digital rápida que emplea la luz para predecir aspectos de calidad, seguridad y trazabilidad en diversos productos agroalimentarios.

Los sensores espectrales NIRS y NIRS-imagen no destruyen el alimento analizado y no utilizan reactivos químicos, dado que la muestra se analiza directamente con luz. De esta forma, los nuevos desarrollos en instrumentación NIRS permiten el análisis en línea de toda la producción de una industria alimentaria, y no solo de determinados lotes. Según ha destacado la UCO, el uso de este tipo de tecnologías, por tanto, agiliza la velocidad de análisis, resulta más económica, es menos contaminante y permite el análisis masivo de la producción, dando mayores garantías de los productos comercializados.