El aceite de oliva se abre paso en Países Bajos

En cuanto a la demanda, Países Bajos importó 24.000 toneladas de aceite de oliva en 2020, por un valor de unos 92,1 millones de euros. Estos datos le sitúan como el séptimo importador de aceite de oliva en Europa, datos que no se corresponden con la totalidad de la demanda nacional ya que, de las 24.000 toneladas de aceite de oliva importado, unas 5.000 toneladas se reexportaron.

En cuanto a los precios, el mercado del aceite de oliva se puede dividir en dos segmentos: el delicatessen y el de productos destinados al gran consumo. El precio variará sensiblemente en función del público objetivo al que se dirija el producto. La relación calidad-precio es un factor decisivo en el proceso de compra del consumidor neerlandés. En la gama de productos dirigida al gran consumo reinan los productos de marca blanca, mientras que en los productos delicatessen se tiene más en cuenta el origen específico, sabor y otras características del producto.

Según este estudio, las perspectivas de crecimiento para el sector del aceite de oliva son positivas. Los grandes comercializadores del producto se centran cada vez más en el marketing y las campañas de comunicación en torno a los beneficios saludables del producto, en respuesta a la creciente demanda de los consumidores de tener un estilo de vida más sano.

Asimismo, se prevé un aumento de la venta de marcas blancas como consecuencia de la polarización del mercado y del acceso de nuevos competidores.

Si bien España es el líder en exportación de aceite de oliva a Países Bajos desde el año 2012, en los años 70 Italia fue pionera en acceder al mercado neerlandés, lo que le proporcionó una ventaja con respecto a los países productores que le siguieron. Como consecuencia, la mayoría de los consumidores siguen identificando el aceite de oliva, y sobre todo el Premium, con Italia. Por otra parte, los productores italianos comenzaron pronto a innovar y desarrollar nuevos productos de éxito que lanzaron también en Países Bajos (aceites con sabor a ajo, albahaca, limón, trufa…), a través de multitud de marcas comerciales.

El informe remarca que la percepción del aceite de oliva español está mejorando con los años, sin duda gracias a los eventos, concursos y campañas de publicidad llevadas a cabo para mejorar la imagen del producto. Aun así cree que hay margen de mejora, sobre todo en la comunicación del producto y la innovación en los sabores.

Y es que la innovación en el producto, así como la comunicación de valores más saludables y respetuosos con el medio ambiente marcarán la diferencia en la comercialización de los productos en los próximos años.