Un grupo de investigadores granadinos han demostrado que los residuos procedentes de la combustión de alpeorujo pueden convertirse en abono, porque todo puede reutilizarse con un poco de ingenio. Así lo han concebido científicos de la Estación Experimental del Zaidín, ubicada en Granada y perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).<br /> <br />Esta aplicación supone una vuelta de tuerca más en el proceso de aprovechamiento, ya que utiliza un desecho, las cenizas, procedente de la combustión de dicho residuo, derivado de la obtención del aceite de oliva. Así, los expertos han utilizado las cenizas procedentes de las plantas de cogeneración de energía, que producen energía eléctrica, mecánica o térmica aprovechable en los procesos industriales a partir de una misma fuente energética, en este caso biomasa. <br /><br />Cabe destacar que en Andalucía, existen varias plantas de cogeneración que utilizan como combustible residuos generados por la agroindustria del olivar. En 2002, estas plantas generaron una potencia de 40 megavatios. <br /><br />El sistema de cogeneración reutiliza grandes cantidades de residuos procedentes del olivar, pero produce montones de cenizas obtenidas de la combustión del alpeorujo. Este polvo de color gris claro que queda después de la quema, formado por sales alcalinas y térreas, sílice y óxidos metálicos, constituye un grave problema medioambiental, ya que se deposita en grandes vertederos adyacentes a las plantas de cogeneración. <br /><br />Los científicos granadinos pensaron en los posibles usos de estas cenizas y las han aplicado como fertilizante en ensayos con plantas de pimiento. Para ello, utilizaron tres tipos de suelo: ácido, calcáreo y neutro. En los tres casos han utilizado varias combinaciones. Por un lado, observaron la evolución de los vegetales plantados en suelo sin ningún tipo de fertilización. Por otro lado, experimentaron con un suelo enriquecido con nitrógeno, fósforo y potasio, los compuestos que los agricultores aplican normalmente en el cultivo de pimiento. En el tercer caso, aplicaron al fósforo y potasio en forma de cenizas y nitrógeno en forma mineral. Por último, repitieron la misma combinación de suelo anterior, esta vez con la mitad de la dosis de ceniza.<br /><br />Tras una comparativa de la evolución de las plantas, los expertos obtuvieron distintos resultados. En primer lugar, las cenizas cuentan con una elevada alcalinidad, por lo que pueden ser utilizadas como enmiendas correctoras de suelos ácidos. <br /><br />La aplicación de cenizas de alpeorujo aumentó los rendimientos de la cosecha en cultivo de pimiento. No obstante, estos aumentos resultaron menores que los provocados con una fertilización mineral. “Los mayores incrementos se produjeron en terrenos ácidos y neutros. En estos dos tipos de suelos, los niveles de fósforo que la planta asimiló resultaron mayores cuando este elemento se suministró en forma de cenizas”, según explica el responsable de la investigación, Rogelio Nogales. <br /><br />También el potasio se absorbe mejor por las plantas si se administra a través de las cenizas. Este fertilizante aumenta los niveles asimilables, intercambiables y no intercambiables del nutriente en los tres suelos ensayados, más que los abonos químicos.<br /><br /><a href= http://www.mercacei.com/foros/index.php target= “blank”> <b>Opine sobre esta noticia en nuestro foro</b></a><br />